PAISAJISMO

Restaurado, el reloj floral del Jardín Botánico Nacional vuelve a dar la hora

Uno de los puntos focales del parque urbano estrena diseño y un sofisticado sistema que le permite mover sus agujas, algo que no pasaba desde 1998.

El remozado reloj floral, uno de los grandes atractivos del JBN. Yaniris López / LD

El remozado reloj floral, uno de los grandes atractivos del JBN. Yaniris López / LDYANIRIS LÓPEZ

Yaniris Lópezyaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo, RD

El reloj floral, uno de los símbolos visuales del Jardín Botánico Nacional (JBN), estrena agujas, paisajismo y funcionamiento.

El monumento forma parte de la historia del Botánico, pues fue incorporado como parte del diseño de la plaza donde está ubicado y al mismo paisajismo del jardín desde su apertura en agosto de 1976. Uno de los más grandes del mundo, con una altura máxima de 3.5 metros y 20 metros de diámetro, fue construido por el reconocido relojero italiano Abraham Geovanny y “era puramente mecánico”, recuerda el director del JBN, Ricardo García. 

Los estragos causados por el huracán George en 1998 dañaron el mecanismo; entonces se hizo muy difícil conseguir las piezas y Geovanny, “ya muy viejito, no pudo recuperar el funcionamiento del equipo”. Pasó el tiempo y 22 años después el reloj vuelve a funcionar gracias al talento de un joven egresado de mecatrónica del Intec y a la ayuda económica de Pinturas Popular. De echarlo a andar nuevamente se encargó Anthony Paulino, ingeniero especialista en control numérico, robótica y mecatrónica. “Él nos dijo que ya existe la tecnología para ponerlo a funcionar y ahí encontramos la solución al problema”, explica García. 

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