La Vida

Ecosistema

Un oleaje de paz para las especies del Acuario Nacional

El santuario marino recibe aproximadamente 284 mil visitas al año, lo que representa un estrés para las distintas especies, por su condición de estar en cautiverio.

IVELISSE VILLEGASSanto Domingo, RD

¡Está naciendo una tortuga Tinglar! Ex­clamó Karina Hierro, soporte técnico del Acuario Nacional, al instante de hacer nuestra entrada. “Es un momen­to épico, que en plena cua­rentena rescatáramos en las playas de Sans Souci 111 huevos y ahora ver el naci­miento de uno, es emocio­nante”.

Esta noticia es de las ac­ciones positivas de esta pan­demia por el Covid-19. El aislamiento social mantuvo a las personas fuera de las playas y esto fue aprovecha­do por algunas especies del ecosistema acuático, como es la tortuga, para poner sus huevos en paz en muchísi­mas playas del mundo. Re­pública Dominicana no ha sido la excepción.

Para Enrique Bienvenido Marchena, director técnico del Acuario Nacional, lo su­cedido es una muestra del compromiso del Acuario, de rescatar, rehabilitar, pro­mover la conservación de la biodiversidad marina y dul­ceacuícola del país.

Explica que este rescate de huevos, que ya son tortu­gas Tinglar, forma parte de la crianza en cautiverio que allí se hace. Y se unen a las ya existentes, Verdes y Ca­rey que habitan en los espa­cios exteriores del Acuario.

Lejos del bullicio de los más de 10 mil turistas y aproximadamente 274 mil dominicanos que lo transi­tan, el túnel del Acuario se ve impresionante. Es uno de los mayores atractivos del lugar, y a través de sus cristales se observa la quie­tud de los peces, sus aleteos coqueto y colores radiantes.

Los residentes de aguasa dulce, marina y salobre si­guen su evolución normal en el Acuario, debido a que el personal integrado por médicos veterinarios, bió­logos, técnicos administra­tivos siguen laborando en esta cuarentena para que su hábitat prevalezca.

Están además inmer­sos en remodelar algunas áreas, dar mantenimiento y prepararse para le tempora­da ciclónica que se avecina, dice Marchena.

Cotidianidad La entidad trabaja 24 horas al día, porque hay especies de la fauna mari­na que son nocturnas. Su reloj biológico no se detie­ne. Otro factor relevante es que la energía eléctrica no puede faltar para mante­ner su soporte de vida que incluye además, mantener el equilibrio en alimenta­ción, parámetros físicos, oxigeno, PH y calidad del agua.

Otros que están de plá­ceme y en franca recupera­ción son los manatíes Pepe, Juanita, rescatada en Ba­yahíbe y Lupita en Lupe­rón, Puerto Plata.

Familias de crustáceos, reptiles, aves costeras, cría de tilapia y distintas es­pecies de la fauna mari­na alojadas en 90 peceras, 7 estanques, humedales y los 14 espacios que hay en el exterior del AN con­viven sin anomalías por el Covid-19 en la avenida Es­paña, en Santo Domingo Este.

Los técnicos esperan las disposiciones del Gobier­no para su reapertura, jun­to al protocolo del aforo que están elaborando para que el país siga disfrutan­do del espacio recreativo y educativo.

Cada especie requie­re un tratamiento diver­so porque son omnívoros, carnívoros, nativos, del Ca­ribe, pacífico y de igual for­ma provienen de un ecosis­tema diferente que abarca cayos e islotes, playas, la­guna, humedal, dunas, manglares, estuario, arre­cife de coral y otros, por tal razón hay que estar más pendiente para cuidar cada especia que allí habita, in­forma el experto.