VIAJE

Canales de Livorno dan vueltas por sus calles

En el Palacio Municipal se alza un campanario histórico.

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CARMENCHU BRUSÍLOFFSanto Domingo, RD

Cuando España autorice la lle­gada y salida de barcos cru­ceros, tras la pandemia, el mar Medite­rráneo será una de las rutas para algunos que zarpan de Barcelona. Entre los puer­tos del recorrido está Livor­no, en Italia, donde muchos de sus monumentos sufrie­ron tan grave deterioro du­rante la Segunda Guerra Mundial, que tuvieron que ser reconstruidos.

Cuando en octubre 2019 viajé en crucero con mi hi­jo Alexis, tan pronto desem­barcamos en Livorno nos fuimos a Pisa en bus. Al re­greso, el autobús nos dejó en la Piazza Municipal de Livorno. Desde aquí, cru­zamos el centro comercial donde funciona la oficina de turismo y alcanzamos la Piazza Grande. Hacia un lado está el Duomo (la Ca­tedral de San Francisco). Cuando la vi, quedé des­concertada.

Esperaba un edificio con más empaque. De estilo tar­do- renacentista fue levan­tada entre fines del siglo XVI y principios del XVII, pero tuvo que ser recons­truida a causa de los bom­bardeos durante la Segun­da Guerra Mundial.

Atravesamos de vuelta el centro comercial y por la Via della Madonna me to­ma de sorpresa la sucesión de tres pequeños templos, muy cerca uno de otro: Chiesa della Santissima An­nunziata (o dei Greci Uniti), del 1606; Chiesa della Ma­donna, de 1607, una y otra del mismo arquitecto: A. PIeroni. Con razón tienen cierto parecido. Y la terce­ra iglesia, también pequeña que se levanta a unos pasos: Chiesa di San Gregorio de­gli Armeni, de 1714, cuya fachada fue creada por G. del Fanlasia.

En este deambular descu­brimos el pintoresco Quar­tiere La Venezia, por donde aparecen y desaparecen las aguas de varios canales na­vegables, dando vueltas por parte del centro histórico del pueblo. Y, al igual que esas aguas, dando vueltas llega­mos a la iglesia Santa Cata­lina, cuya impresionante cú­pula tiene una altura de 63 metros. Desde aquí cami­namos hasta la Plaza Muni­cipal. Frente a nosotros, el Palacio Municipal, de esti­lo neo-renacimiento, en cu­ya fachada resalta una doble escalinata en mármol. Des­de su parte posterior se alza un campanario histórico.

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