Salud

El cobre no te protegerá del coronavirus

Aunque el cobre sí tiene cualidades antimicrobianas, Johnson y otros señalan que debes pensar dos veces antes de creer muchas de las afirmaciones de estos productos.

Una de las mayores mineras de cobre en el mundo, foto de archivo. / Listín

The New York TimesSanto Domingo

Comenzó a mediados de marzo. Cada vez que Michael D. L. Johnson, un microbiólogo de la Universidad de Arizona, revisaba su correo electrónico, encontraba un nuevo lote de mensajes, todos hacían la misma pregunta: ¿los productos elaborados con cobre nos mantienen a salvo del coronavirus?

“Me llegaban entre tres y cuatro correos electrónicos al respecto cada día”, dijo Johnson. Algunos preguntaron si recomendaba ingerir cobre como cura. Otros se preguntaban si era buena idea equipar sus hogares con él. Algunos ciudadanos inquisitivos incluso deseaban saber si vestir accesorios de cobre, como brazaletes, evitaría la enfermedad.

“Fue algo extraño”, dijo Johnson.

La cascada de misivas en su bandeja de entrada finalmente disminuyó. Sin embargo, de muchas maneras, la locura del cobre contra la COVID-19 no ha menguado. En los últimos meses, ha habido un incremento repentino en el interés en materiales que contengan dicho metal, incluidos calcetines, sábanas y recubrimientos que puedan ser aplicados mediante aerosol a las superficies. Diversas compañías comercializan cubrebocas y otros tipos de mascarillas con recubrimiento integrado de cobre y pregonan sus propiedades germicidas. Una compañía incluso ofrece una “vara nasal” diseñada para aplicar “el toque de cobre sólido” a las manos, la cara y las fosas nasales a la primera señal de la enfermedad.

No obstante, aunque el cobre sí tiene cualidades antimicrobianas, Johnson y otros señalan que debes pensar dos veces antes de creer muchas de las afirmaciones de estos productos.

Lo que el cobre podría hacerle a los patógenos

La gente ha estado consciente de las capacidades desinfectantes del cobre desde al menos el Antiguo Egipto, dijo Karrera Djoko, una bioquímica y microbióloga en la Universidad de Durham en el Reino Unido.

“Incluso antes de que tuviéramos un concepto de qué es un germen”, dijo Djoko, “usábamos cobre para guardar agua” y conservarla segura para beber.

Los científicos conocen ahora al poderoso metal como un rápido asesino de microbios, capaz de limitar la propagación de E. coli, salmonela, virus de la influenza y más. En ciertos ambientes, también puede suprimir el coronavirus. En un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine, investigadores reportaron que, bajo condiciones controladas en un laboratorio, el coronavirus no podía sobrevivir más de algunas horas en superficies de cobre, en comparación con un par de días en acero inoxidable o plástico. (Aunque los científicos no piensan que las superficies son la principal vía en que el virus se propaga entre las personas).

Para los humanos, el cobre es un nutriente esencial, del cual recibes fácilmente la cantidad necesaria en una dieta típica. Sin embargo, Djoko dijo que para muchos microbios el cobre no es tan agradable. Cuando el cobre hace contacto físico con un germen como el coronavirus, puede liberar iones reactivos que golpean y perforan el exterior del bicho. Eso le da a los iones el acceso al interior del microbio, donde pueden causar un caos similiar en su material genético.

El cobre puede ser desastroso para microbios también de otras maneras, dijo Johnson. Los iones de metal, como los de hierro o cinc, se encuentran en alrededor del 40 por ciento de las proteínas con estructuras conocidas y lo más probable es que desempeñen papeles esenciales en su función. Sin embargo, parecido a un juego cruel de sillas musicales, el cobre que encuentra su camino hacia una célula o un virus puede colarse y desplazar a otros metales, lo que perjudica o incluso destruye las proteínas que comanda.

“Si el 40 por ciento de tus proteínas no funcionan, tú no funcionas”, dijo Johnson. El cobre incluso podría ser capaz de bloquear proteínas que habitualmente funcionan sin metal con solo adherirse a sus superficies.

Incluso nuestros sistemas inmunitarios parecen explotar los beneficios protectores del cobre. Algunas evidencias indican que las células inmunes como los macrófagos —que engullen y destruyen bacterias, virus y otros microbios— tal vez son capaces de rodear y aislar gérmenes en una cámara que funcione como una “bola de la muerte” ácida que posteriormente es enriquecida con dosis letales de cobre, dijo Johnson. “Nuestros cuerpos han estado usando esto como estrategia de guerra” desde mucho antes que las mascarillas con cobre empezaran a venderse, agregó.

No obstante, falta por ver cuáles de estos casos se desarrollarán con el coronavirus y en qué medida. Johnson es uno de varios científicos que lo estudian actualmente, jugando con cobre para descubrir exactamente cómo ejerce sus aparentemente potentes efectos en este peligroso germen.

Evita el rascador de nariz de cobre

No obstante, lo que funciona bien en el laboratorio no necesariamente pasará la prueba en el mundo real. Tanto Johnson como Djoko han evitado recomendar a sus amigos, familiares y colegas accesorios con cobre, incluidas mascarillas, como una forma de reducir la transmisión. (Ingerir cobre en exceso también es una mala idea, y probablemente no haría mucho para fomentar la inmunidad, dijo Johnson. A Djoko tampoco le encanta la idea de introducir varas de cobre dentro de nuestra nariz).

Los artículos para cubrir el rostro de manera holgada, como los cubrebocas de tela o las mascarillas quirúrgicas, no son herméticos y no hacen que el portador sea inmune a las infecciones. Sin embargo, si el portador se infecta, las mascarillas pueden hacer mucho para proteger a otros de gotitas llenas de virus expulsadas durante la tos, los estornudos o el habla. Un estudio de 2010 descubrió que los accesorios con metal podrían disminuir la cantidad de virus activos de la influenza que permanecen en mascarillas contaminadas. (El análisis fue conducido por Cupron Scientific, una de varias compañías que ahora venden mascarillas con cobre).

Si las mascarillas con cobre también tienen efecto sobre el coronavirus, eso podría ser práctico para personas que no manejan sus mascarillas de la manera adecuada, dijo Linsey Marr, una científica de aerosoles en Virginia Tech. Una fuerte dosis de cobre podría disminuir las probabilidades de que un virus viable llegue a los ojos, la nariz o la boca a través de una mano inquieta que tocó la parte frontal de una mascarilla.

Aun así, no todas las mascarillas con metal son iguales. Los fabricantes necesitarían diseñarlas con suficiente cobre —de manera ideal cerca de la superficie del producto— para realmente lograr el cometido.

“Si tu mascarilla tiene solo 1 por ciento cobre, eso significa que el 99 por ciento no es de cobre”, dijo Djoko. Si el metal y el microbio no están en contacto físico, la mascarilla “no confiere ningún otro beneficio que las máscaras regulares”.

La durabilidad también podría ser un tema importante, especialmente si las mascarillas de cobre son lavadas o desinfectadas en repetidas ocasiones. Muchos limpiadores comunes para el hogar son formulados con componentes que podrían eliminar iones de cobre de una superficie protectora, dijo Djoko.

Aun así, el cobre de cualquier manera podría desempeñar un papel en la pandemia. Instalar superficies basadas en cobre en los hospitales ha demostrado disminuir las tasas de transmisión de ciertos patógenos, incluidas cepas de bacterias resistentes a los antibióticos. Djoko piensa también que se podría mantener al coronavirus a raya en dichos ambientes.

No obstante, todos los expertos enfatizan que tener el metal cerca no elimina la responsabilidad de cada persona de cuidar su higiene. El cobre por su cuenta no es la panacea —y sus efectos no son instantáneos—. Se necesitan alrededor de 45 minutos para que el cobre reduzca a la mitad la cantidad de virus en una superficie.

“No es como que toca el cobre y bum, desapareció”, dijo Marr. Así que podrías querer tener eso en mente antes de comprar una herramienta de cobre o latón para usar con las pantallas táctiles y abrir puertas. A fin de minimizar el riesgo de transmisión, las personas de todos modos deben lavarse las manos, evitar las multitudes y mantener una distancia segura de otras personas.

Más accesorios que contienen cobre —relacionados o no con el coronavirus— podrían estar en camino. Johnson no tiene nada en contra de ello.

“El cobre es una fantástica elección de moda”, dijo. “Lucirás fabuloso. Es solo que podría no funcionar de la manera en la que esperas”.