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Redes sociales en época del Covid-19

Si se toma en cuenta el horario y la frecuencia del uso de los aparatos, esto podría ser una herramienta de ayuda en estos momentos.

Paradójicamen­te, el uso de la tecnología suele ser una de las mayo­res preocupaciones de los padres, y a la vez, la herra­mienta más utilizada para mantener a nuestros hijos “tranquilos”. Si bien es cier­to que existen recomenda­ciones sobre el uso y abuso de los aparatos electróni­cos, debemos recordar que nos encontramos viviendo una situación peculiar que nos obliga a ser flexibles y a valorar lo que realmente es importante en estos mo­mentos.

Aunque la tecnología es la herramienta que, en mu­chos casos, nos permite tra­bajar y estudiar, no pode­mos olvidar que es también la que nos permite man­tener nuestras interaccio­nes sociales, incluso si es a través de los videojue­gos en línea. Esta situa­ción nos lleva a reorientar nuestra preocupación, por lo que podríamos pasar de preocuparnos por el tiem­po que dura nuestro hijo/a conectado, a cuestionarnos ¿Por qué está conectado?

Algo que podemos hacer para valorar si realmente nuestro hijo está abusando de la tecnología es pensar en las horas de interacción social que dedicaban antes de estar todos sin salir de casa.

Cuidado con los límites No se preocupe por ser el padre o la madre perfec­ta durante este tiempo de crisis. Quizás no es el me­jor momento para estable­cer límites estrictos, ya que en algunos casos puede que solo generen enfrenta­mientos en el hogar. Lo que sí debemos de procurar es cuidar nuestro horario de sueño y descanso. Recor­demos que la falta de sue­ño puede influir en nuestro estado de ánimo, nuestro aprendizaje y en nuestra capacidad de pensar. Asi­mismo, dejar las panta­llas por lo menos una ho­ra antes de dormir puede ayudar a nuestro cerebro a continuar con la produc­ción de melatonina, hor­mona relacionada con el sueño.

Recomendación Es importante dejar las pantallas por lo menos una hora antes de dor­mir, puesto que esto puede ayudar a nuestro cerebro a continuar con la producción de mela­tonina, que es la hormo­na relacionada con el sueño.

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