Madres por la Patria
¡Madres al combate! son capaces de luchar contra el Covid-19 y proteger a sus hijos a la vez
Las madres siempre han sido un pilar en las familias, por su entrega incondicional. Ahora que el país se encuentra batallando frente al Covid-19, muchas han tenido que dejar sus hijos para pelear y ayudar a la comunidad.
Estas historias lo demuestran, son las heroínas más sacrificadas y la que con todo el amor dan lo mejor de sí como profesionales, aunque eso implique dejar su hogar a un lado por un momento.
Santa Isabel Moreno, encargada de la Unidad de Emergencias en la Clínica San Cristóbal. Muchos la conocen como doctora Moreno, otros como Isa. Pero lo que quizá poca gente sabe es que desde que empezó la lucha no ha podido estar cerca de su pequeño Carlos de 6 meses de edad.
Se levanta a las 6:00 de la mañana, prepara el desayuno para su esposo y lleva a su bebé con quienes lo cuidan.
Su nuevo uniforme son la mascarilla, guantes y un traje amarillo. Llega a la clínica, se cambia la mascarilla y los guantes antes de empezar a ver pacientes. “Cuando llego a la casa, debo quitarme el traje, esterilizarlo y ambientarlo, dejar la pijama que usé en la clínica y luego debo bañarme. Es demasiado fuerte”, dice la doctora Isabel Moreno, encargada de Emergencias de la Clínica San Cristóbal.
Desde que comenzó esta situación ha tenido que dejar su niño definitivamente al cuidado de otra persona. “Al llegar a la casa ya no es como antes. Yo llegaba y abrazaba a mi niño y le daba un beso. Ahora de lejitos lo saludo, tengo que demostrarle que soy su mamá y que estoy ahí. Ya no puedo abrazar a mi niño, ni darle un beso. Simplemente decirle ‘mi amor, te amo, estoy aquí’”, explican sus ojos llorosos.
Moreno reconoce ser una persona que está bastante expuesta a contagiarse, debido a que trabaja con muchos pacientes, asintomáticos y no. Ha tenido que limitar el contacto con toda su familia cercana.
“Es una decisión muy importante. Cuando uno hace una carrera por vocación, por ayudar a los demás, tú vas a dar el todo por el todo. Yo podría decir que lo voy a dejar y cuidar a mi familia, pero hay una sociedad que clama por ti y por lo que tú haces. Hay un pueblo que dice que nos necesita ahora y hay que darlo”, enfatiza.
Gregorina Castillo, encargada de Tomas de Muestra y Procesamiento de Analíticas en el Centro Médico El Maniel de San José de Ocoa. Las 6:00 la mañana la ven despertar. Ir a casa de su madre, una señora enferma, para dejar a su hija e irse a la clínica, donde se mantiene durante 24 horas de trabajo entre procesamiento de analíticas y dando apoyo a las demás enfermeras.
“No he podido cuidarla como quiero. Voy interdiario a ayudarla con las tareas, en un tiempo medido. Así no estoy mucho tiempo con ella y mi madre, para no enfermarlas”, son las palabras de Gregorina Castillo, encargada de Tomas de Muestra y Analíticas del Centro Médico El Maniel de Ocoa.
Pasa todo el día con protección, usando guantes y mascarillas. Más que cuidar su propia salud, cuida la del bebé que lleva en su vientre, casi por nacer.
Explica sentirse sorprendida de no haber enfermado con tantas horas de trabajo y de pies. A pesar de todo, “en medio de esta situación, me siento feliz y cada día le doy gracias a Dios por tenerme en pies para ayudar al que lo necesita y es algo que debemos de sentir todas las enfermeras; porque a pesar de ser nuestro trabajo, es nuestro compromiso”, comenta.
Aris Beltré, periodista para Noticias SIN. Su rutina empieza al mediodía, cuando tiene que dirigirse al estudio de Noticias SIN, hasta las 10:00 u 11:00 de la noche. Tiene que hacer un chequeo para explicar que es periodista, sacar su carnet y decir que va a casa.
Sus hijos la llaman varias veces para pedirle que se cuide y saber cómo está y cuándo vuelve, eso dice Aris Beltré, periodista y madre que reporta desde la línea cero. El contacto con ellos, explica: “Realmente es diferente después de la pandemia, debemos mantener el distanciamiento social y físico por la salud de todos”.
A pesar de que su convivencia familiar no se ha alterado, la pandemia le ha servido para que, dentro del distanciamiento, pasen más tiempo juntos.
Detalló a LISTÍN DIARIO cuál ha sido la experiencia que más le ha hecho reflexionar: “Cuando me tocó entrevistar una familia que perdió un pariente positivo, la persona falleció un sábado y ellos se enteraron el lunes cuando fueron a verlo al centro de salud, fue una situación dolorosa y penosa, me tocó de manera profunda, tanto en el plano personal como profesional”. Lo cuenta y aconseja escuchar a las autoridades.
Elisabeth Santana Rodríguez, 2da Teniente del 1er Batallón de Infantería Juan Pablo Duarte del Ejército de la República Dominicana. Está prestando servicio en labores de seguridad ciudadana. Se levanta a las 7:00 de la mañana a preparar desayuno a su esposo y su bebé. No tiene familiares en la capital y en ocasiones debe llevar su niña a Santiago, con su madre, cuando está de servicio.
Trabaja tres días corridos, con otro par de descanso. Desde que sabe el lugar asignado para la guardia, ya sabe que se levantará a las 3 a. m., para salir al servicio de las 5 a. m., explica Elisabeth Santana, 2da Teniente del Ejército.
En sus días libres recoge a su pequeña de 6 años, Jelena, y trata de ponerse al día con ella. “Hacemos las tareas y compartimos tiempo en familia”.
“Para mí es preocupante por mi hija, ya que es especial; ella tuvo que ser operada de corazón abierto estando bien pequeña por lo que tenemos que estar pendiente a su salud. Yo trato siempre de tener distanciamiento con ella para protegerla, y ella no entiende por qué lo hago, me dice si es que no la quiero y eso me parte el corazón”, describe con el semblante triste.
A pesar de todo, los elogios y apoyo que recibe de los ciudadanos sorprendidos de ver una mujer haciendo su trabajo, ella afirma que se siente útil porque está aportando un granito a la sociedad.
Los días en la calle y antes del regreso a casa son difíciles. En la calle de relacionarse con personas y se expone en distintos ambientes y debe pensar en la salud de ella su familia. Cuando regresa desinfecta el uniforme y realiza el protocolo de llegada a casa y todo se lava. “Pero realmente no tengo miedo en sí, porque sí estoy protegida, me cuido y ando con Dios, nada pasará. Yo tengo confianza de que con la prevención y cuidándome todo irá bien”.
Es una mujer fuerte, estos días no han sido suficiente para que baje la guardia y sus defensas. Elisabeth dice que se siente bien de salud, con fuerza, ánimo y energía, cada día. “Las cosas no han variado en el tema laboral, antes de la pandemia yo trabajaba en seguridad ciudadana, patrullando en las calles en apoyo con la Policía Nacional, ahora la diferencia es que debemos tener más cuidado, usamos mascarillas y guantes y estamos dando cumplimiento a las disposiciones del gobierno dominicano en temas de distanciamiento social y toque de queda”, específica.
Wanda Méndez: “El equilibro ha sido mi soporte” “Desde antes de que anunciaran el confinamiento, ya en LISTÍN DIARIO, se había diseñado un modelo de trabajo que es el que todavía estamos cumpliendo. Se dividió el personal de la Redacción en dos grupos. Una semana prsencial y otra de manera remota. No puedo negar que esta forma de trabajo me permitió equilibrar mi papel de madre y esposa con el de periodista”.
Así lo cuenta Wanda Méndez, periodista de este medio, para luego decir en qué sentido equilibró sus roles. “El hecho de tener una semana trabajando en casa me acercado más a mi familia, pero debo decir que la semana que me toca en ‘campo de batalla’ supone una gran preocipación, dado que hay que estar emn contacto con el mundo exterior en un país con tantos casos de contagio”. Eso le preocupa.
Sin embargo, sabe que el Periodismo es un sacerdocio y que debe cumplir con el deber de buscar la noticia e informar no importa cuál sea el escenario. Para evitar llevar el peligro a su casa lo que hace es tomar en cuenta todas las medidas sanitarias impuestas por las autoridades. Igual lo hace cada vez que le toca estar de cerca con el virus que ha puesto a la humanidad a replantearse un nuevo modelo de vida.