Graduación

Graduación: El Covid-19 destruye la ilusión de estudiantes y padres

Liberium del colegio Bautista Cristiano.

Liberium del colegio Bautista Cristiano.

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Celeste PérezSanto Domingo, RD

Lía Tavárez tenía la fecha marcada en el calendario desde hace varios meses. Y es que, para los estudiantes la ceremonia de graduación es un evento insustituible que envuelve varios sentimientos: Satisfacción por el trabajo realizado, melancolía por el paso del tiempo y la ilusión de ingresar a otra etapa de formación. A ella, y a sus 53 compañeros de la promoción Althium del colegio Luis Muñoz Rivera, se le suma otro ingrediente, la incertidumbre.

Ahora no saben qué va a pasar con el acto. ¿Será cancelado, pospuesto, o se realizará a través de una pantalla? “El colegio no ha informado oficialmente, estamos conscientes de lo complicado que es organizar un evento de este tipo bajo la amenaza del coronavirus, pero es triste. Nos ilusionaba vivir todas las tradiciones”, dice Lía con la pena de no poder cerrar este ciclo junto a sus amigos.

Otros testimonios Para Kimberly Tejeda, una de las 45 estudiantes de la promoción Liberium del colegio Bautista Cristiano, el panorama es más abrumador porque el ingreso a la universidad ya era un tema estresante. “Mi plan es estudiar Negocios Internacionales en INTEC, apliqué para el programa de becas PIES, el examen seria en marzo pero ahora todo se ha retrasado y estoy muy ansiosa”.

“Sobre la graduación - agrega – a petición de padres y alumnos se ha contemplado en agosto, pero no es nada oficial. Hemos tenido que cambiar los planes, reorganizar nuestra vida, tomar clases virtuales, sumado a la sensación de no saber qué va a pasar”. Mientras se aclara el panorama los jóvenes han organizado una fiesta de despedida vía Zoom.

La promoción Valentio del Colegio Bilingüe New Horizons tiene 69 estudiantes, entre ellos Alexia Rodríguez con planes de estudiar Publicidad en el extranjero y viviendo la misma desilusión. “La pandemia ha hecho que nos replanteemos el futuro a corto plazo, ya no podremos caminar con toga y birrete, por lo menos no en la fecha pautada”, expresa.

Un escenario distinto Después de casi 12 años de esfuerzo, Carlos sería el primero de los cinco hijos de Chala y Luis en graduarse. Ella es lavandera y él jardinero, que su vástago concluya esta parte de la preparación significa un logro para ellos. Ahora temen que no puedan aplaudir mientras Carlos sube al escenario a retirar su título de bachiller. “Siempre lo hemos impulsado para que no deje la escuela. En el día ayuda a su padre a limpiar jardines y en la noche va al liceo”, dice la madre.

Ella y su esposo no asistieron a la escuela y ven en su hijo, un futuro abogado, la esperanza de progreso. Carlos, además de desilusionado, expresa sentirse “un poco egoísta por estar lamentando una fiesta, mientras muchos de sus compañeros lloran la pérdida de algún familiar”.

El sentir de una madre Amanda Curiel es la madre de Lía Tavárez, ella no puede evitar la congoja por la posposición, no solo de la graduación, también de las actividades que la promoción tenía planificadas. “La sesión de fotos para el anuario, el viaje de despedida, lanzamiento de globos el último día de clases, ella estaba tan emocionada y como madre disfrutaba el proceso”. Curiel vaticina que después de esta experiencia los jóvenes saldrán fortalecidos, porque “habrán aprendido que solo Dios tiene el control”.

La voz experta “Es normal que con todos estos cambios los jóvenes se sientan defraudados y entren a un proceso de negación en el que puede aparecer el enojo. Se quebró la idea que tenían de un plan. Esto implica postergar metas por una situación externa que no controlan y no tienen a quien culpar”, analiza Ricardo Pichardo, Psicólogo Clínico y Terapeuta Familiar.

El experto plantea que para superar la crisis emocional el primer paso es la aceptación, pero además, los jóvenes deben darse el permiso de sentir impotencia y tristeza. “Estos estudiantes están viviendo un duelo. Es el momento de que los padres inclinen la atención hacia ellos y les muestren apoyo y empatía”.

Althium del colegio Luis Muñoz Rivera.

Valentio del colegio Bilinge New Horizons.