SALUD
Reproducción asistida: El camino a una nueva ‘normalidad’
A mediados de marzo, como consecuencia de la propagación del virus SARS-CoV-2, organismos internacionales recomendaron a los centros de reproducción humana asistida detener sus tratamientos. Esto implicaba no iniciar nuevos ciclos, concluir los que ya se habían iniciado, no transferir embriones en fresco y continuar solo con los casos de parejas que, como las que debían encarar un proceso de quimio o radioterapia, no tenían el tiempo a su favor.
La paralización de los tratamientos de fertilidad respondía a dos estrategias específicas, dice Víctor Montes de Oca, ginecólogo-obstetra especialista en reproducción humana. En primer lugar, se tomó en cuenta la falta de conocimiento respecto al comportamiento del nuevo virus sobre gametos, feto y gestante; en segundo lugar, se buscaba priorizar la atención en las probables emergencias para evitar el colapso del sistema de salud.
“En estos dos meses algo hemos aprendido, aunque nunca podemos decir que estamos cien por ciento seguros con relación al COVID-19”, dice el médico respecto a la forma en que el coronavirus incide en el proceso de embarazo.
Hasta el momento, señala, no existe evidencia de la transmisión del virus de forma vertical. Además, los resultados neonatales han sido “muy buenos”.
“Con los datos obtenidos hasta el momento parecería no haber la presencia del virus en líquido seminal, líquido folicular y gametos”, añade Montes de Oca, director del centro Profert.
Estos hallazgos se refieren a embarazos obtenidos de forma natural, pero Montes de Oca considera que podrían extrapolarse a la reproducción asistida.
Reapertura Los organismos internacionales que trazan pautas para la reproducción asistida han comenzado a liberalizar consultas y procedimientos diagnósticos.
Ahora, de acuerdo con Montes de Oca, hay que redefinir el concepto de “normal”. La nueva normalidad debería incluir medidas como uso obligatorio de mascarillas, puntualidad de las citas médicas (y evitar asistir a las citas con compañía), lavado frecuente de manos, envío de cuestionarios previo a la cita para saber de la presencia de síntomas que alertarían de una posible infección, y toma la temperatura corporal mediante pirómetros digitales antes de entrar al centro.
El equipo debe respetar horarios, evitar la aglomeración de personas en el área de espera, respetar el espacio entre personas, velar por la limpieza y desinfección de superficies, tratar de evitar el intercambio de papeles, recetas y monedas, valorar el intervalo de las consultas de retorno, y tratar de que los resultados sean discutidos mediante mensajería, correo electrónico o cualquier otra vía electrónica.
Información. En el consentimiento informado para tratamientos de reproducción asistida, Víctor Montes de Oca sugiere incluir datos actualizados en relación a la enfermedad por coronavirus.