En el confinamiento ¿A qué ruido le estás prestando atención?

En estos mo­mentos en los que el mun­do ha cambia­do y la vida ha dado un giro inesperado la gente ha tenido que cam­biar su diario vivir en lo fa­miliar, lo laboral y hasta en lo que tiene que ver con lo educativo.

Este nuevo estilo ha per­mitido que tus reuniones presenciales hayan pasado a una plataforma virtual. Y, si bien estás en la como­didad de tu hogar, esta mo­dalidad también tiene sus inconvenientes. Hay ele­mentos de distracción que a veces dificultan esa co­nexión virtual.

Justo cuando vas a iniciar la conversación tu perro empieza a ladrar, llega el ‘delivery’, prenden un tala­dro que se escucha igualito en tu casa, o tocan la puer­ta de tu habitación. Pierdes la noción del tiempo y parte de la conversación porque pasaba una guagua ven­diendo plátanos. En fin, de­jas de prestarle atención a lo que es importante.

Aun así, la bulla se desva­nece… pero quedan otros ruidos. Se trata de aquellos que vienen desde el interior, pensamientos y emociones que te roban la tranquili­dad. Esto último lleva a la siguiente reflexión: si te ale­jas de lo importante por los ruidos de afuera: ¿qué pa­saría si no prestas atención a los “ruidos” que vienen desde adentro?

Concentración

Si bien es verdad que de­bemos hacer el esfuerzo de conectarnos con lo que es­tamos haciendo, también es cierto que hay unos ‘ruidos internos’ a los que hay que escuchar y prestarle la debi­da atención para que no se apoderen de la paz y la sa­lud emocional que todos debemos tener. Hay mane­ras de callar esos ruidos, es cuestión de dar el paso o buscar la ayuda pertinen­te.