TRAS LAS CORTINAS
“Guarda pan para mayo y harina para abril”
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Feliz día, queridos lectores. El coronavirus nos habrá robado la forma de expresar nuestra afectividad, pero jamás nos robará la esperanza de un mundo mejor, porque esta pandemia pasará y pronto volveremos abrazarnos como antes.
Recordando a nuestros abuelos
La célebre frase: “Guardan pan para mayo y harina para abril”, que tanto escuchábamos de nuestros abuelos, encaja muy bien en los tiempos actuales en que esta pandemia nos obliga a recurrir a lo que hemos guardado. Como cosa del destino justamente en los meses de abril y mayo, nos llega esta temible enfermedad, que nos ha obligado a tener que utilizar la harina y el pan a los que se refiere este famoso refrán. A pesar de lo usual de esta frase en nuestro país, es poco lo que sabemos sobre su origen, que según la literatura surgió en una región campestre de España, y se extendió por América durante la época colonial.
Significado de la frase
Se debe a que tiene una gran importancia para la producción agrícola, ya que da inicio a un nuevo período de lluvias y buenas cosechas, por lo que esta época era esperada con alegría por los agricultores y campesinos, debido al acercamiento de la zafra y la nueva siembra, y por tanto necesitaban de lluvia para que fuera exitosa. El refrán originario en el costumbrismo agrícola español, encaja muy bien en el área económica y financiera tanto personales como empresariales. Pues, es de ahí, la importancia de administrar bien nuestra finanzas en época de bonanzas y guardar para los tiempos de precariedades como los que estamos viviendo.
Ansiedad al granel
Una de las grandes preocupaciones que está produciendo este encierro producto del Covid 19, es el aumento del índice de ansiedad en la humanidad, ya que no todo el muchos está en capacidad mental de sentirse enjaulado, aunque sea en su propia casa. A pesar de que muchos negocios están cerrados, el consumo de alimentos se ha disparado grandemente, porque la subida de la ingesta de alimentos. En mi caso, por más que realice desde mi rincón, ¡hay qué va! Voy como diez veces al día a la nevera, a doña Tita la pongo hacerme cuantos inventos culinarios se me ocurran. Nooo, esto es un desastre, por suerte que me ejercito durante una hora, cada mañana, por supuesto guardando el protocolo de las autoridades de salud. Gracias a mi nutricionista, Soledad Mateo, he podido hacer más llevadora esta cuarentena sin coger muchas libras.