KAIRÓS
Trabaja por la conversión a Dios
“Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas”. El que atento a sus riquezas olvida la grandeza de Dios, su vida no está enraizada en su palabra y su oportunidad de conversión se esfumará.