Para enfermos
¡La sanadora magia de la música!
Cuando empezaba mi formación como psiquiatra tuve la suerte de participar en procesos de evaluación junto a expertos como los doctores Fausto Valdez y Gómez Estrella. Estos constaban de entrevistas médicas orientadas al área de la salud mental seguidas por discusiones y observaciones realizadas por estos profesionales y maestros.
Una mañana en particular llegó a consulta, acompañada por su hija, una señora que sobrepasaba los 80 años. La paciente se encontraba ya con marcado deterioro cognitivo secundario al Alzheimer. Había abandonado tareas que en el pasado le habían ocupado su día y lentamente se había alejado, olvidando casi todo a su alrededor con la interesante excepción de los luminosos momentos en los que parecía volver en sí misma tras escuchar alguna canción o música de su juventud.
Mi atención y curiosidad se dispararon tras los doctores informar que algunos pacientes con Alzheimer o ciertas demencias parecían sostener una respuesta positiva frente a la exposición a estímulos musicales aun no supieran su nombre o el de su familia.
El cuestionamiento aumenta al momento en el que señalamos que nuestra memoria auditiva se encuentra en gran parte agenciada desde el lóbulo temporal, irónicamente, una de las áreas que sufre con antelación las alteraciones neuroanatómicas del Alzheimer.
Jörn-Henrik Jacobsen en su publicación “¿Por qué se puede preservar la memoria musical en la enfermedad de Alzheimer avanzada?” identificó que escuchar música y recordar la misma puede tener patrones de activación cerebral que involucran áreas como el giro cingulado anterior en la zona media del cerebro, y el área motora presuplementaria en el lóbulo frontal. Otra investigación indicó que en pacientes con Alzheimer el deterioro de estas regiones era hasta 50 % menor que en otras regiones
Algo inesperado
Oliver Sacks en su libro Musicofilia: Relatos de la música y el cerebro nos señala: “El cerebro es un sistema dinámico en el que algunas partes ejercen control y otras partes lo suprimen. Y si tal vez uno tiene daños en una de las áreas que controlan o suprimen, entonces es posible la aparición de algo inesperado, puede tratarse de un ataque, un rasgo diferente o incluso una súbita pasión por la música”.
Sacks en su trabajo examina la interesante relación clínica con la música y nuestra paciente era un vivo ejemplo de esto. Los daños causados por una patología degenerativa no habían logrado detener el acceso a aquellos preciados recuerdos.
Si quieres utilizar este recurso con algún miembro de tu familia es bueno que recuerdes que hay elementos que nos indican, de acuerdo al doctor Jonathan Graff-Radford de La Mayo Clinic, que la música debe ser según la necesidad.