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CURIOSIDADES

Lugares abandonados, imán de curiosos y amantes del misterio

Plaza principal de la ciudad desierta de Pripyat, Ucrania

EFE / Manuel NoriegaSanto Domingo

FARO DE ANIVA.

El faro de Mys Aniva podría perfectamente ser el escenario de una película de misterio o terror. Se encuentra en la costa rocosa de la ciudad que lleva el mismo nombre, en la isla rusa de Sajalín, en el mar de Ojotsk, cerca de Japón.

En los años treinta del pasado siglo, la isla se dividió y una parte quedó en manos rusas y otra, bajo el control japonés.

Fueron estos últimos los que mandaron construir el faro que, tras la II Guerra Mundial, volvió a ser controlado por los soviéticos.

Los nuevos “dueños” instalaron un generador termoeléctrico de radioisótopos, lo que convirtió al faro en uno de propulsión nuclear.

Poco a poco dejó de usarse y, con la caída de la URSS en la década de los años noventa, el faro quedó en desuso. Desde ese momento, ha sido saqueado y visitado por curiosos.

EL "CRISTO DEL ABISMO".

El "Cristo del Abismo" es una estatua de bronce de Jesús de Nazareth, con los brazos extendidos hacia arriba, en la misma dirección a la que dirige su mirada.

Lo peculiar no es la escultura, sino donde se encontraba: en el fondo de la bahía de San Fruttuoso, a 25 metros de profundidad en las aguas protegidas de Portofino, en la región italiana de Liguria.

La estatua mide dos metros y medio y su superficie está cubierta por musgos y otros organismos marinos con el paso del tiempo.

Sin embargo, la forma de Jesucristo sigue siendo reconocible. Fue construida por Guido Galletti y sumergida por la marina militar del país y diversos buceadores.

En el año 2003 la estatua fue sacada de las aguas para su restauración y para protegerla de la corrosión, además de para colocarle una mano que fue rota por un ancla. Volvió a la bahía en 2004 sobre una nueva base, pero colocada a una profundidad menor que en la anterior ocasión.

KOLAMSKOP.

En la ciudad de Kolmanskop el tiempo se detuvo muchos años atrás. Esta ciudad, situada cerca de la localidad costera de Lüderitz, en Namibia, nació cuando los alemanes se establecieron en la región para buscar diamantes a principios del siglo XX.

Ellos construyeron casas a su estilo, un hospital, un centro deportivo, un salón de baile, un casino y hasta una fábrica de hielo.

Unas cuantas décadas después, tras la II Guerra Mundial, la búsqueda de diamantes se traslada al sur y la ciudad empieza a vaciarse. Los lugares que una vez ocuparon los colonos alemanes están tomados ahora por dunas y el desierto es su dueño.

PRIPYAT.

La ciudad fantasma de Pripyat, al norte de Ucrania, en la región de Kiev, ha vuelto a estar en el candelero este año por la emisión de “Chernobyl”, la serie de HBO que rememoraba el accidente nuclear que hizo tambalear la antigua URSS en 1986.

Pripyat se construyó cerca de la Central Nuclear de Chernobyl y su población estaba estrechamente ligada al funcionamiento de la planta.

Esta ciudad era una urbe desarrollada y próspera que albergaba los lujos modernos que el Gobierno soviético ponía al servicio de los trabajadores de la central y sus familias.

El 26 de abril, una serie de errores en la Central Nuclear V.I. Lenin causó la explosión del reactor número 4, causando numerosas muertes y secuelas en los que lograron sobrevivir.

Tras el accidente, los 50.000 residentes de la ciudad tuvieron que abandonarla. Nadie podrá volver a vivir allí en más de 20.000 años, lo que se estima que durará el efecto de la radiación.

ESTACIÓN INTERNACIONAL DE CANFRANC.

Para los que viajaban por Europa en tren, la parada de Canfranc era una de las más lujosas y bonitas en las que efectuar un alto en el camino.

Ahora es un edificio vacío que aún conserva la belleza arquitectónica con la que fue concebido. Está situada en Aragón, una región española colindante con Francia.

Fue inaugurada en 1928 y en la década de los años cuarenta tuvo un importante papel en la II Guerra Mundial.

Fue usada por los alemanes para el transporte de oro judío hacia Portugal y como zona de entrada para cientos de judíos que huían del régimen nazi, según diversos medios españoles.

En la década de los años setenta, un accidente que dañó la estructura de las vías marcó el fin de la estación.

En la actualidad, se realizan visitas guiadas para quien quiera conocer su historia.