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FÁBULAS EN ALTA VOZ

¡Un placer decirle adiós al 2019!

Si Dios nos da la oportunidad, podremos despedir con gusto este año que, aunque trajo sus bendiciones por orden del Señor, no fue tan halagüeño para los dominicanos. Ha sido intenso políticamente. Denuncias, corrupción, impunidad, elecciones, transfuguismo, algoritmo, fraude, narcotráfico y muchos otros términos dominaron la palestra pública y han afectado la paz social.

Que traiga un respiro No me gusta expresarme con dejo de pesimismo y mucho menos mirar lo apremiante cuando hay tantas cosas positivas y buenas que pueden destacarse. Sin embargo, también hay que ser realista: el año 2019 para muchos dominicanos no ha sido el mejor. Carga impositiva, inseguridad, feminicidio y otros tipos de violencia y flagelos han hecho de estos 300 y pico de días un difícil viacrucis.

Adelantándome al 2020 Aunque faltan unos días para llegar a este año, y cómo solo Dios es quien sabe si lo veremos, quise adelantar el cronómetro y viajar hacia el 2020. Allí me encontré con una situación no tan bonita, pero al menos conseguí consejos para hacer menos traumáticos los 12 meses que nos esperan, ya que tendremos dos períodos eleccionarios: los dominicios municipales en febrero y los presidenciales en mayo. Eso ya habla de lo que nos espera.

No perder la fe Al darme cuenta que en ese futuro no es que nos espere lo mejor, precisamente por el aspecto político, aprendí que no hay que perder la fe. Hay que agarrarse de Dios y orar mucho para que al menos nos ayude a tener “paz en la tormenta”, que nos cuide a nuestra familia, nos proteja, nos cubra con su manto ante las desavenencias existentes entre quienes se creen que son Todopoderoso como Él. Pedirle que nos dé un año de sabiduría para tomar consciencia y hacer las cosas bien.

Cerrar círculo Como nada puede quedarse inconcluso, tuve que regresar a terminar con este 2019 tan pesado, pero vive convencida de que si queremos un cambio, si deseamos vivir en un país decente y tener unas autoridades que bien nos representen no podemos comprometer nuestra dignidad vendiendo nuestro voto. Vamos a reflexionar en estas navidades, las que los políticos no respetan, para ver en qué medida podemos ser mejores ciudadanos, y que cuando llegue febrero y mayo estemos claros de que no hay dinero que pague nuestro derecho de elegir más allá de lo que nos quieran imponer. ¡Feliz Navidad!

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