POR SOBREPESCA Y CAZA FURTIVA
El mayor lago de los Balcanes se queda sin peces
Ilir Neziri, agotado, mira las pocas carpas capturadas tras horas de trabajo en el lago Shkodra, el mayor de los Balcanes, que se está quedando sin peces por la sobrepesca y la caza furtiva.
"Los peces grandes son cada vez más escasos", dice Neziri, de 47 años, mientras trabaja en el motor de su viejo barco frente al agua de este gran lago, situado en la frontera entre Albania y Montenegro.
El Shkodra –conocido en Montenegro como Skadar- tiene una superficie de unos 530 kilómetros cuadrados, dos tercios de los cuales en el territorio montenegrino, y es conocido por su biodiversidad animal y vegetal.
Pero según los expertos albaneses, las reservas se están agotando, un problema para los de 400 pescadores que trabajan a ambos lados de la frontera.
Ilir, que practica la pesca tradicional, tiene claro que la la pesca eléctrica de los cazadores furtivos es la culpable de la escasez, "tanto en Albania como en Montenegro y en detrimento de los pescadores honestos".
En Albania, los pescadores ilegales se exponen a multas de hasta 500.000 leke (unos 4.000 euros) y a dos años de prisión. En Montenegro, la pesca con explosivos y electricidad se castiga con una multa de 20.000 euros y hasta tres años de prisión.
Pero estas medidas no siempre so disuasivas.
"Basta con venir de noche para ver que la pesca con electricidad sigue', dice Rasim Taraboshi, un pescador albanés de 75 años.
Los pescadores furtivos usan electrodos sumergidos en el agua, conectados a generadores o baterías de alta tecnología, para aturdir a los peces y recogerlos luego fácilmente.
Ilir Neziri logró pescar diez kilos de carpas que en el mercado se venderán a unos 28 euros. Rasim Taraboshi, en cambio, regresa de nuevo a casa con las manos vacías tras una noche de trabajo con sus redes.
Aunque no hay estadísticas fiables sobre la cantidad de peces, los científicos albaneses son pesimistas.
"Hoy nos enfrentamos a la realidad de que las cantidades de peces en el lago Shkodra se están reduciendo considerablemente", dice Djana Bejko, una profesora de biología.
- Declive -
Hace 30 años el esturión ya desapareció de estas aguas. Y según las autoridades albanesas, el número de anguilas europeas ha pasado de 30 toneladas a principios de los años 1990 a nueve. Solo las carpas se mantienen, de momento.
"La razón del declive es la sobrepesca, tanto con medios permitidos como ilícitos", apunta Danilo Mrdak, un profesor de biología dela Facultad de Ciencias de Podgorica.
Los expertos también advierten sobre la contaminación que podría amenazar el ecosistema del lago sigue la urbanización caótica y el vertido de aguas residuales.
Por el lado de Montenegro, el lago recibe el agua del río Moraca y sus afluentes, que transportan aguas residuales de cerca de 300.000 habitantes.
"El lago Skadar es como un gran biorreactor que logra combatir la contaminación con su exuberante vegetación", dice Darko Saveljic, un experto montenegrino en medio ambiente.
De momento las aguas tienen "excelente calidad" porque el lago "aún puede autolimpiarse y hacer frente a los contaminantes".
¿Pero hasta cuándo?, se pregunta Saveljic, que pide a las autoridades medidas urgentes contra las aguas residuales.
En el lado albanés, los residentes creen que la situación está empeorando con las lluvias. "Las precipitaciones hacen desbordar el lago, llevándose la basura, como los plásticos", dice Idriz Kurtelaj, expescador y experto en medio ambiente.
Montenegro también critica un sistema de pesca tradicional albanés con trampas, las llamadas "daljani", unas estructuras de madera y metal con las que se empujan a los peces hacia las redes.
Los "daljani" están prohibidos en Montenegro y según el profesor Mrdak son "un problema importante para nuestros pescadores que sufren daños económicos directos".
En cualquier caso, especialistas albaneses y montenegrinos están de acuerdo en la necesidad de que ambos países actúen de forma coordinada.
Habría que crear un "comité conjunto para una mejor gestión del lago" y sus problemas, "igual en ambos lados", dice Zamir Dedej, el director de la Agencia Nacional de Áreas Protegidas en Albania.