Salud

DIETA APROPIADA

Una de cada cinco personas no puede permitirse una dieta apropiada

Al menos 1.580 millones de personas, una quinta parte de la población mundial, no pueden permitirse pagar lo que cuesta el modelo de dieta promovido por expertos para proteger la salud y el ambiente, según un nuevo estudio.

Científicos del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (Ifpri) y de la Universidad de Tufts (Estados Unidos) han estimado que seguir las recomendaciones de dieta que a principios de año hizo la Comisión EAT costaría 2,84 dólares diarios.

Esa reconocida fundación sin ánimo de lucro publicó un artículo de la revista Lancet en el que calculaba que para 2050 habría que duplicar el consumo mundial de alimentos saludables como verduras, frutas, legumbres y nueces, y reducir en más del 50 % el de los menos saludables, como azúcares añadidos y carne roja.

En el nuevo informe, publicado en The Lancet Global Health, los expertos han tomado los alimentos más baratos de cada categoría adaptados a nivel local en 159 países y llegado a la conclusión de que el precio de esa dieta excede los ingresos per cápita en muchos Estados pobres, sobre todo en África subsahariana y el sur de Asia.

Concretamente, representa un 90 % de los ingresos diarios por persona en los países de renta baja, más de lo que se pueden permitir, mientras que en los de renta alta el porcentaje desciende al 6,1 %, menos de lo que la gente suele gastar en comida.

"Para los pobres se trata de un gran obstáculo porque si quieren seguir esa dieta, simplemente no pueden comprarla", aseguró hoy a Efe uno de los autores e investigador del Ifpri, Derek Headey.

Sugirió usar la dieta de EAT-Lancet "solo como una plantilla" y que los países desarrollen sus propias guías de alimentación con el propósito de "proponer recetas locales más contextualizadas" y afrontar los distintos problemas nutricionales en cada sitio.

Por ejemplo, en los países pobres la desnutrición infantil suele ser el principal problema de salud pública y el consumo de productos como la carne, la leche o los huevos puede ayudarles a tomar micronutrientes y proteínas de calidad.

Los componentes más caros de una dieta saludable suelen ser las frutas, las verduras y los productos derivados de animales, si bien los precios suelen variar mucho en todo el mundo.

Headey consideró que hacen falta más esfuerzos para incrementar los ingresos de la población más pobre para que pueda mejorar su alimentación a través del crecimiento económico, sistemas de protección social y el abaratamiento de los alimentos frescos saludables invirtiendo más en investigación, infraestructuras y comercialización.

En los países ricos, apostó por frenar el consumo de comida chatarra mediante la educación de los consumidores en hábitos alimentarios saludables.