10 años impulsando el desarrollo de la comunidad Miches

Hace una década, cuando se concibió la idea de realizar una inversión de bienes raíces en Miches por parte del proyecto turístico Tropicalia, sus ejecutivos tenían muy claro que antes debían enfocarse en el trabajo social para impulsar la zona a través del desarrollo socioeconómico y ambiental.

Es ahí cuando nace Fundación Tropicalia, una entidad que desde el principio ha tenido como objetivo principal convertir a la comunidad de Miches en un referente de turismo sostenible, no solo en el país, sino en toda la región. Aunque en un principio no fue fácil llevar a cabo esa misión, pues no había ninguna otra organización trabajando a favor del desarrollo de la zona, con el tiempo todo se fue dando; más instituciones se fueron sumando a la causa para trabajar en conjunto, lo que ha permitido cosechar grandes frutos.

Logros

De acuerdo con Maricelle León, directora ejecutiva de la fundación, en estos 10 años de trayectoria han realizado más de 30 programas en el ámbito local en las áreas de medioambiente, educación, productividad y apoyo sociocultural.

Proyectos como la mejora de infraestructura de escuelas, capacitación a maestros, la realización de talleres complementarios para estudiantes y un programa de becas, son varias de las iniciativas que desarrollan para impactar positivamente en la calidad de la educación en Miches. En cuanto a los programas de productividad, la entidad se ha enfocado en capacitar y ofrecer acceso a financiamientos a cientos de productores y emprendedores locales, con la intención de ayudarlos a incorporarse en la cadena de valor del turismo sostenible de la zona y fortalecer la capacidad productiva. “Miches al final de cuentas es una comunidad con características semirrurales y gran parte de su economía todavía recae en la agricultura, por lo que entendemos que es un sector que no podemos descuidar ni soltar”, destaca León.

Una de las iniciativas más trascendentales e importantes de la entidad, según destaca, es el campamento ‘Soy niña, soy importante’, el cual cada año acoge a más de 300 niñas entre 9 y 12 años de edad para brindarles orientación constructiva para que descubran su potencial y reconozcan el valor que tienen.

“Luego del segundo año de participación de las niñas uno ve que muchos de sus conceptos van cambiando. Ya ellas entienden que pueden aspirar a modelos de estilos de vida diferentes a lo que están acostumbrados a ver, como maternidad a destiempo o matrimonios muy tempranos, que muchas veces perpetúan los ciclos de pobreza y de desigualdad”, asegura la ejecutiva.

“En estos 10 años nos hemos cruzado en el camino con otras instituciones que han ido y venido, pero nosotros hemos prevalecido por lo que nos toca agradecerle a Miches por abrirnos las puertas para trabajar con ellos y para ellos”, concluye.