HUERTO GETSEMANÍ
Comienza recogida de aceitunas en el huerto donde Jesucristo solía descansar
El Huerto de Getsemaní, donde según la tradición cristiana Jesús descansaba cuando terminaba de enseñar, acogió hoy a decenas de personas ansiosas por participar en la primera recogida de aceitunas de la temporada en este impresionante escenario.
“Miren la vista e imaginen como era cuando Jesús estaba aquí”, apunta el padre Diego Dalla Gassa a un grupo de más de 30 voluntarios, mientras señala hacia el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén, que se levanta con sus cúpulas, murallas y casas de piedra blanca frente al Monte de los Olivos, donde está el huerto.
Según la tradición, Jesús pisó estos mismos lugares y contempló también desde este lugar la vieja ciudadela.
Entre los presentes, ataviados con ropa cómoda para la ardua tarea, hay gente de Italia, Francia, Suiza, Suecia, Filipinas, India, México y otros países. Algunos son más religiosos y exhiben la emoción que les genera estar aquí, mientras que otros lo aprovechan como una experiencia familiar.
“El significado de este jardín, aquí en Jerusalén, es entender que estamos juntos y somos una familia”, explica a Efe el franciscano Dalla Gassa, que hace cuatro años dio comienzo a esta iniciativa, con la intención de generar una experiencia positiva en el huerto.
Tras rezar un padre nuestro todos juntos, los presentes cogieron las escaleras, rastrillos, lonas y baldes y comenzaron a bajar las aceitunas negras de los árboles, bajo un sol radiante y con la Explanada de las Mezquitas como telón de fondo.
“Es la primera vez que hago esto y lo considero un servicio para los demás, es poder poner mi granito de arena en algo muy simple, muy chiquito”, dijo Efe Martha Navarros Correa, argentina residente en la ciudad palestina de Belén.
Junto con Martha llegó también la mexicana Dulce Itzel Doroteo, que se mostró emocionada y destacó a Efe lo que significa para ella esta actividad: “Es dar todo de ti hasta lo más profundo, exprimir bien, como el aceite se exprime, así exprimir mi vida hacia el Señor”.
La recogida de aceitunas duró cuatro horas y continuará a partir de mañana, encabezada por los franciscanos, que cuidan de los más de 900 olivos que hay en en lugar.
Después, las aceitunas son enviadas al Monasterio de Latrún, en el centro de Israel, donde se elabora un aceite que es luego distribuido a distintas comunidades religiosas en Tierra Santa y alrededor del mundo.