ORIENTAR
El impacto al recibir su diagnóstico
La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, no solo la ausencia de enfermedades (OMS). Es importante señalar que el cuerpo y la mente van unidos, por eso, aunque la enfermedad afecte al cuerpo indudablemente la mente también se verá afectada.
Ante el diagnóstico de una enfermedad crónica se plantean nuevos retos para la persona. Esta no necesariamente tiene que ser una enfermedad grave o que ponga en peligro su vida. Son enfermedades de larga duración como puede ser asma, artritis, diabetes, lupus, cáncer, sida, etcétera.
Al momento de recibir el diagnóstico, la mayoría de las personas atraviesan un impacto fuerte. Entran en un proceso llamado duelo, que significa dolor, desafío. El duelo es un proceso normal, necesario y adaptativo para afrontar las pérdidas significativas en la vida y, como en este caso, la pérdida de la salud. Los médicos y la sociedad no se detienen a pensar en el impacto emocional que se sufre al recibir esta noticia.
El duelo constituye una etapa de riesgo pues conlleva depresión y tristeza; pero es diferente al síndrome depresivo. El impacto es un importante factor de riesgo para la salud, por lo que es necesario un seguimiento que permita garantizar su curso normal y evitar complicaciones. No existen límites definidos de tiempo, todo dependerá de la enfermedad, el tratamiento, las limitaciones, edad y demás. El duelo consta de cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
La familia es el marco natural donde se cursa esta crisis, por lo que su participación en el desenvolvimiento es importante; es un elemento activo en el proceso. Esta debe acercarse al enfermo y supervisar su estado psicológico, hablar con él y poder comunicarse, permitiéndole expresar sus preocupaciones, tranquilizarle y explicarle el proceso que está viviendo. Si la situación siente que persiste o se agrava, es aconsejable proceder a buscar ayuda terapéutica para el enfermo y la familia, ya que también la familia puede pasar por una etapa de duelo propia.
La negación de la enfermedad es un proceso de defensa que hace el proceso mucho más difícil, no se ayuda al médico, a la medicación, al tratamiento, pero permite huir de la realidad durante un tiempo corto, ¡pero un tiempo muy valioso!
Licda. Ana Herrero Terapeuta Familiar. Grupo Profesional Psicológicamente