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Salud mental: Conductas de autolesión

La autolesión, en la mayoría de los casos, no es un intento de acabar con la vida. ISTOCK

Las conductas de autolesión son manejadas con cierto grado de discreción y hasta como un tabú. Esta forma de ver el tema no solo es común en el público general, sino muy habitual aun para muchos profesionales de la salud. Sentimos miedo de preguntar sobre estos hábitos, pensamos que al preguntar podríamos de alguna manera “implantar” dicho hábito y es precisamente de este miedo de donde sale la mayor cantidad de dudas e interrogantes.

Este accionar, también conocido como autolesión no suicida, o NSSI, se clasifica en la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales como un “nuevo trastorno que necesita más estudio”, así como un síntoma del trastorno límite de la personalidad, que se caracteriza por tendencias como la inestabilidad emocional, las relaciones inestables y los sentimientos crónicos de vacío.

Emociones negativas Durante años, los psicólogos teorizaron que tales comportamientos autodestructivos ayudaron a regular las emociones negativas de estos pacientes. Si una persona se siente mal, enojada, molesta, ansiosa o deprimida y carece de una mejor manera de expresarlo, la autolesión puede cumplir ese papel.

Para estos sujetos la autolesión sería una forma (poco saludable) de lidiar con los sentimientos internos. La autolesión con frecuencia comienza en la adolescencia y es particularmente frecuente en hogares donde hay un ambiente represivo, donde las emociones negativas son barridas debajo de la alfombra o donde no se discuten los sentimientos. Un factor común a muchas personas que se autolesionan es que a temprana edad se les enseñó que sus sentimientos eran “malos” o “incorrectos”.

Las conductas autolesivas, en la mayoría de los casos, no son un intento de acabar con la vida. La principal diferencia entre la mentalidad de un autolesionista y una persona suicida es la de “intención”. Con el suicidio, la intención es finalizar la vida de uno; para terminar con el dolor y el sufrimiento. Por el contrario, con autolesiones, la intención es encontrar alivio y liberación del dolor emocional y la angustia sin finalizar con la vida.

Si alguien que conoces ha recurrido a las autolesiones, debe de saber que hay personas y profesionales que pueden ayudar a aprender estrategias alternativas de afrontamiento para que no tenga que recurrir a lastimarse más.

Este es un grito de ayuda. Las personas que se autolesionan pueden sentir que no existen otras formas en las que se pueda expresar su dolor emocional y hacer frente a la angustia. Las personas que se autolesionan no lo hacen para llamar la atención; más bien lo hacen para escapar de las luchas de su mundo cotidiano. Si sabes de alguien que se involucra en un comportamiento de este tipo, comunícate con él o ella. Hazle saber que le acompañas y te preocupas por ayudarle a conseguirle la ayuda que necesita.

Luis Geraldino Psiquiatra del centro Psicológicamente Especialidad en Psiquiatría en la Universidad Maimónides, en Buenos Aires, Argentina.

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