Embarazo de alto riesgo

Es todo aquel embarazo donde existe alguna condición materna o fetal que puede complicar la evolución y el desenlace del mismo. Existen condiciones maternas preexistentes tales como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el hipertiroidismo, enfermedades autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoidea, cáncer, obesidad, trasplante de órganos, anomalías uterinas y otras más que pueden afectar directamente la salud de la madre y del bebé en gestación.

Otras condiciones Hay otras condiciones que se presentan durante el embarazo que también lo hacen considerarse de alto riesgo, como lo son la preeclampsia, la diabetes gestacional, la placenta previa, la restricción en el crecimiento intrauterino, incompatibilidad en los grupos sanguíneos madre-hijo, infecciones, entre otras.

Necesidad de vigilancia Edad materna menor de 15 años o mayor de 40, uso de drogas narcóticas, tabaquismo, alcohol, embarazos de trillizos, así como antecedente de abortos de repetición y de parto prematuro también ameritan una mayor vigilancia de parto del médico tratante por la mayor posibilidad de complicaciones que se pudieran presentar.

Equipo médico Una vez identificado un embarazo de alto riesgo, se necesita la formación de un equipo multidisciplinario donde participen un gineco-obstetra especializado en el manejo de estos embarazos, un pediatra neonatólogo, un endocrinólogo, un nutricionista, un psicólogo, entre otras ramas de la salud dependiendo del caso en particular.

Lugar de nacimiento El nacimiento debe ocurrir en un lugar que cuente con una unidad de cuidados intensivos de adultos y neonatal que pueda brindar las atenciones que probablemente se necesiten.

Incidencia En la actualidad se considera que el 10 por ciento de los embarazos son de alto riesgo, debido en su gran mayoría al aumento de la edad materna.