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VIAJES

Roma: Un caudal de sorpresas en cada rincón

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo, RD

‘Un jugo de naranja natural, por favor’, pido con cierta ansiedad en el Bar Senator, pequeño local en la piazza Madama de Roma. ¡Qué ilusa! Es obvio que no entienden español. Mi hija Carmen mira los carteles y recordando una reciente experiencia se hace entender: ‘Zumo de arancia exprimito’. Sí, exprimen la fruta delante de uno. ¡Qué ricura! Antes de volver a la calle entramos al cuarto de damas. Aquí, al igual que en otros bares y restaurantes, un detalle de buena higiene: un pedal en el suelo para abrir la llave de agua del lavamanos.

En vez de doblar hacia la piazza Navona tomamos por el Corso del Rinascimento hasta la piazza Sant’ Apollinare. Es que sólo queremos embebernos del espíritu de la ciudad en esta caminata que nos lleva ante el“First Example of Masonry Stadium ever built in Ancient Rome, a unique testimony in Sport history”. El cartel está en ingles. ‘Es el primer ejemplo de un estadio construido en albañilería en la antigua Roma, un testimonio único en la historia del deporte’. Fue el primero y el único.

Inmersas en medio de tantos edificios antiguos nos desplazamos por calles inundadas de vehículos y por callejuelas que salen de amplias vías hasta que la naturaleza, justo frente a nosotros, nos obliga a detenernos. ‘¡Mira qué belleza!’ exclama Carmen. Como si la campiña brotase en el centro de la ciudad, una cascada de verde enredadera y otras plantas cubren la fachada del Hotel Raphael. Roma es así. Un caudal de sorpresas en cada rincón.

De buenas a primeras, al levantar la mirada en la plaza Tor Sanguigna, mis ojos tropiezan con una especie de tabernáculo ¡frente a un área de estacionamiento de motocicletas! Es un edículo, con una pintura del siglo XVIII: la Asunción de la Virgen María. Desde la acera luce sumamente desvaída y casi imposible de definir. Aún así, el conjunto es altamente llamativo, por los varios querubines y serafines esculpidos en su entorno. Para cualquier peatón esta obra de arte pasa desapercibida, salvo que conozca su existencia. O, como nosotras, se detenga a mirar todo lo que le rodea a la búsqueda de lo que pueda aparecer.

(El nombre Sanguigna proviene de la familia Sanguigni, que en esta plaza tenía la torre cuya altura fue posteriormente reducida).

Mientras admiramos el imprevisto edículo, de repente escuchamos una voz masculina a nuestro lado. Habla en italiano, pero tan pausado que logramos entenderlo. ‘Nos echaron de Piazza Navona, por eso las regalamos’. Hace referencia a varias láminas alegóricas a la zona. Mostrándolas nos aclara: ‘Por donación se las damos a un euro cada una’. ¿Un euro? Su explicación parece un cuento, pero Carmen les echa un vistazo y accede a comprar un par como regalo. No están mal.

Jugo natural ‘Zumo de arancia exprimito’ es la frase con la cual uno indica que quiere zumo de naranja natural.

Buena higiene En los cuartos de damas de bares y restaurantes que visitamos en Roma, la mayoría de las llaves del agua de los lavamanos se abren pisando un pedal sobre el suelo.