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Cerca de un niño migrante al día murió o desapareció entre 2014 y 2018, según un estudio

Alrededor de 1.600 menores migrantes murieron o desaparecieron entre 2014 y 2018, casi uno al día, según un informe publicado este viernes y realizado en colaboración con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

El informe 'Fatal Journeys 4' (Viajes Letales 4') del Centro de Análisis de Datos de la Organización Internacional para las Migraciones (GMDAC) destaca además la necesidad de un mejor registro de las desapariciones y muertes de migrantes, ante la falta de datos completos.

"La falta de datos sobre las edades, características y vulnerabilidad de los niños migrantes desaparecidos genera una grave brecha en materia de protección", ha señalado Frank Laczko, director del centro. "Es muy difícil crear programas y políticas para protegerlos", ha agregado.

Durante este periodo de cinco años, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha registrado la muerte de 32.000 migrantes, más de la mitad de ellos --cerca de 17.900-- en el mar Mediterráneo. Los restos de cerca de dos tercios de las víctimas no han sido hallados.

Asimismo, los rehingya que huyeron del conflicto y la persecución en Birmania constituyeron la vasta mayoría de las muertes de migrantes registradas en el sureste asiático en el periodo estudiado, con 1.723 de 2.200 del total en la región.

Por otra parte, en la frontera entre Estados Unidos y México se ha incrementado el número de muertes cada año desde 2014, para alcanzar los 1.907 durante ese lustro.

El informe ha sido publicado unos días después de la publicación de una foto que muestra los cadáveres de un hombre salvadoreño y su hija de casi dos años ahogados intentando cruzar el río Bravo.

A falta de esclarecer los detalles, para el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) "lo que está claro es que las circunstancias que han llevado a esta tragedia son inaceptables". El organismo recalcó que este tipo de tragedias evidencian el "fracaso" político para hacer frente a los desafíos migratorios.

El máximo responsable de la agencia, Filippo Grandi, subrayó que "las muertes de Óscar y Valeria representan un fracaso a la hora de atajar la violencia y la desesperación que empuja a estas personas a emprender peligrosos viajes en busca de una vida segura y digna". Así, sin alternativas para "buscar protección", las personas "no tienen más opción que arriesgar sus vidas".

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