Turismo

DESTINO

Ver, comprar, caminar en el entorno de la Plaza Mayor

Bajo un límpido cielo sin nube alguna se extiende la Plaza Mayor, en la capital de España. CARMENCHU BRUSÍLOFF

Carmenchu BrusíloffSanto Domingo, RD

En la porticada Plaza Mayor de Madrid, las vitrinas de las tiendas de souvenirs atrapan la atención de mi hija Carmen: abanicos, boinas, muñecas... Yo en cambio echo un vistazo al conjunto de la plaza, en cuyo centro se levanta la estatua ecuestre de Felipe III. (En tiempos navideños las luces de colores adornan el ambiente con motivos radiantes; montan numerosas carpas para vender motivos tradicionales de la época, dulces, artesanía. Todo es un jolgorio. Todo es alegría).

Desde aquí doblamos por un pasillo porticado hacia la calle Toledo, una de las nueve calles que concurren en esta plaza donde restaurantes, tabernas y cafeterías atraen numerosos visitantes (extranjeros y nativos). Tras los cristales de un local comercial me asombran unos gigantescos y coloridos caramelos. Son de regaliz. (De sabor anisado y algo amargo se hacen con la raíz del regaliz). Junto a esta tienda funciona ‘Yo Fútbol’, un local donde todos los artículos tienen que ver con este deporte. O para relacionarlos colocan el logo de un club, como ocurre con los bolígrafos. Carmen busca algo representativo del Real Madrid. Lo quiere para un ahijado. Lo consigue, claro está.

Retornamos para deambular por la Plaza Mayor hasta cruzar el Arco de Cuchilleros, y por la antigua calle de las Piedras bajamos los escalones junto a la Taberna de Luis Candelas, célebre bandolero que aquí acudía a principios del siglo XIX. (En su interior la decoración es folklórica. Lo sé porque en ocasiones anteriores aquí he almorzado).

Al encaminarnos por la calle Cava de San Miguel veo el Mesón de la Tortilla. ¡Qué sorpresa! Creía que había desaparecido. Tiempo atrás, el acordeonista de entonces se regocijaba cuando, entre la clientela, identificaba a un grupo de dominicanos. De inmediato interpretaba y cantaba el merengue a San Antonio. Lo aprendió con el doctor Toñito Zaglul, cuando era el embajador dominicano. ¡Cuánta añoranza!

Junto a otros mesones y tascas proseguimos hasta llegar ante el bello edificio que conserva su estructura original en hierro de principios del siglo XX: el Mercado San Miguel. Está lleno a rabiar. Desde su restauración hace pocos años es uno de los más importantes puntos gastronómicos de la capital de España: tapas, buena comida, chatos, cañas, excelente bebida, aparte de alguna carnicería, una pescadería y uno que otro puesto de verduras y frutas. La mayor parte de los puestos se destinan a beber y comer a gusto. Con un recibo de consumo de uno de sus locales, la entrada a sus limpísimos cuartos de baño es gratis. En caso contrario, cobran 0.50 de euro. Vale la pena.

Visitas Captamos imágenes de uno de los pintorescos mesones en la calle Cava de San Miguel, en Madrid.

Otros puntos Interior del Mercado San Miguel, a corta distancia de la Plaza Mayor. también degustamos de los coloridos y alargados caramelos son de regaliz.