La Vida

KAIRÓS

Juan F. Puello HerreraSanto Domingo

Salmo 50,3-4.12-13.18-19 “Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias”.

La sinceridad de sentimientos y la súplica a Dios que nos renueva por dentro hace que tengamos un espíritu firme y contemos con su presencia día y noche.

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