REPORTAJE
El síndrome de la mala madre: manejando el sentimiento de culpa
Está claro que el rol de la mujer en la sociedad ya no es el mismo.
Afortunadamente, las madres ya no están confinadas a solo quedarse en casa, sino que cuentan con un abanico de posibilidades de autosuperación, en el cual, después de los hijos, aparece lugar para sus carreras profesionales, salud física y emocional, vida social y pasiones. Sin embargo, puede que este empoderamiento solo te parezca positivo hasta el momento de pensar en tus niños; ahí es cuando aparece la preocupante: ¿Estoy descuidando a mis hijos por estar pendiente a tanto? Este padecimiento es distinguido por varios psicólogos como el "síndrome de la mala madre", y recientemente se ha vuelto muy común. El término es relativamente nuevo, y es usado para describir el sentimiento de culpa que sienten algunas madres al creer que no pasan bastante tiempo con sus hijos, o que no están haciendo suficiente por ellos. Aparece cuando los roles tradicionales de la madre se ven “amenazados” por el estilo de vida moderno predominante, en el que la mujer suele verse en la presión de alcanzar éxito y validación en otros renglones de su vida. En medio de esta mezcla de compromisos en búsqueda de la perfección, puede llegar la idea culposa de que se ha puesto la crianza de los hijos en espera o segundo plano. Esto puede dar lugar a que las madres recurran a alternativas de compensación hacia sus niños para hacer frente a la supuesta falta de cuidado, como hacerles regalos, evitar castigos o peleas, dar recompensas inmerecidas y consentirlos en exceso.
Si eres madre y llegas a casa con el remordimiento de que tus niños ya están dormidos y no compartiste con ellos durante el día, debes saber algo: No estás sola, es un sentimiento muy común y no significa que realmente estés descuidando a tu pequeño. La organización de tu tiempo y dedicar horas de calidad es lo que realmente aprovecharán y es en esas horas de atención solo a ellos, donde se van formando los lazos y los recuerdos que los unirán para siempre.
Muchas veces se da el caso de que las madres pasan todo el día con sus hijos, sin embargo no dedican una fracción de ese día a realmente compartir con ellos, hablar o jugar, convirtiéndolos en el centro de atención de ese momento.
Así que la próxima vez que te sientas culpable por dedicarle tiempo a tu vida profesional o a cualquier otra actividad que no los incluya a ellos, recuerda que lo más importante es ofrecerles una mamá que se sienta plena y equilibrada, y esto forma parte de ese equilibrio.