Nos estamos volviendo autómatas

He observado que normalmente la gente le da un visto bueno a los temas, vídeos y fotografías que se difunden en la Web, asumiéndolos y repitiéndolos como papagayos.

Por ejemplo, si en mi portal coloco un vestido “típico” dominicano con un diseño que nada tiene que ver con nuestra identidad, pues va a suceder que una persona que escriba “traje típico dominicano” saldrán en muchas páginas todos los diseños, incluyendo el mío, y resulta que quien está investigando, sea una persona extranjera o un estudiante de publicidad, verá la foto del vestido que coloqué y lo incluirá en su trabajo de investigación.

Todos queremos opinar

Cuando me dicen “Xiomarita es cierto, lo busqué en una página” y necesariamente no tengo que creerle, porque todo mundo quiere escribir, opinar, discutir y lo que hacemos es distorsionar o deformar lo realmente cierto.

“Periodistas gastronómicos”

Estoy en una situación que creo o no creo dependiendo de la página web. Depende del autor del libro, depende del periodista, el investigador, etcétera.

Ahora muchos se llaman periodistas gastronómicos y de la cocina tradicional no saben “ni pío”; otros se hacen llamar escritores porque escriben y el contenido es un disparate; otros se hacen llamar poetas, porque hicieron un panfleto y ya hasta una editora lo catalogó así mismito, poeta.

Falta de originalidad

De folclorista ni hablaré, porque consideran que serlo es porque están llevándose o imitando a su maestro no investigando, sino haciendo lo mismito, las mismas coreografías de los bailes como si el folklore no fuera cultura expresiva, además de presentar los bailes antiguos como vigentes.

Craso error

Y chequeando un libro por ahí me doy cuenta de que el autor afirma que el Día Mundial del Folklore fue la Unesco que lo declaró, sin embargo, por hacer repetitivos los errores buscamos en la web y lo seguimos afirmando y no somos capaces de seguir investigando.

Debo informar que esa fecha no está registrada en la lista oficial de los días internacionales señalados por la Unesco. Algunas veces pienso que nos estamos volviendo autómatas, porque es más fácil acomodarnos que dar una voz de alarma.