Rebeldía y/o depresión

Cada día vemos adolescentes “rebeldes” en consulta, y los traen o ellos y ellas vienen a su propia petición (no es la mayoría de los casos), pero es bueno preguntarse: ¿Qué está pasando detrás de esa rebeldía?, ¿qué estamos o no proporcionando como padres? Esto no incluye lo económico.

Mucho es lo que se habla de los adolescentes rebeldes, pero no sabemos qué es exactamente lo que les lleva a esa rebeldía, o si esa expresión no es más que una depresión.

Pues les cuento que sí. A veces la depresión se enmascara en los adolescentes como una rebeldía, a la que no se le encuentra una explicación “lógica”. Cuando hablamos de depresión en adolescentes, estamos siempre esperando conductas propias de la depresión en adultos, y no necesariamente es así. Los jóvenes tienen manifestaciones diversas para dejarnos ver y saber que están deprimidos aunque no lo expresen verbalmente. Dentro de las conductas que debemos observar en nuestros jóvenes son: tristeza, sensación de vacío, sentir desesperanza, enojo, irritación, frustración, desinterés en esas cosas que le gustan, aumentar o bajar de peso, cambios en el patrón del sueño, agitación (movimientos constantes), sentir poca energía para hacer las cosas, sentirse culpable, sentir que no tiene valor (baja autoestima), problemas para concentrarse, problemas para recordar cosas importantes, dificultad para tomar decisiones, pensamientos de suicidio (pensamientos de no querer estar vivo o de no tener sentido estar).

Todos estos sentimientos, no reconocidos y vividos en el día a día, más un ambiente en el hogar hostíl, de poco apoyo o de exigencias que no pueden ser complacidas y/o un ambiente escolar poco saludable (bullying por ejemplo), puede dar como resultado que él o la joven asuman una manera de sobrevivencia no sana, como es la rebeldía.