CIENCIA

Análisis de orina ayudan a esclarecer misterios arqueológicos

Imagen de archivo.

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Hace 10.000 años los habitantes de un pueblo de Anatolia central comenzaron a domesticar corderos y cabras. Ignorábamos el ritmo de esa domesticación hasta que un equipo de arqueólogos empezó a interesarse por los restos de orina dejados en el suelo.

Un equipo internacional de arqueólogos y de geólogos decidió ampliar el conocimiento que existía del lugar y analizaron las sales dejadas por la orina animal y humana a comienzos del Neolítico en diferentes capas del suelo del sitio turco Asikli Höyük, y este miércoles publicaron sus resultados en la revista Science Advances.

Comparando las diferentes capas de sedimentos en 14 metros, se dieron cuenta de que la concentración de las sales aumentaba considerablemente a lo largo de los siglos, lo que según ellos podía tener solo una explicación: más animales por metro cuadrado.

Estiman que entre 10.400 y 9.700 años antes del presente (antes de 1950), la concentración de sales aumentó de 10 a 1.000 veces, lo que proporciona una cronología detallada del paso de la caza y la recolección a la agricultura y la domesticación, o lo que es lo mismo: del proceso de sedentarización que caracteriza el Neolítico.

Los arqueólogos ya habían obtenido algunos indicios gracias a métodos de investigación tradicionales: restos de viviendas y recintos, desechos y excrementos humanos y animales, huesos de fauna... todo ello aportaba indicios de la sedentarización de los humanos de la época, pero no era suficiente para calcular la cifra de animales domesticados a lo largo de los siglos.

El sitio turco tiene la ventaja de haberse mantenido relativamente seco desde hace 10.000 años, de forma que sitios similares podrán ser candidatos a análisis similares, lo que permitirá reconstruir con más precisión la historia de la ganadería o incluso la formación de los primeros asentamientos humanos.

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