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SALUD

Trastorno lleva emociones de un extremo al otro

El trastorno bipolar no se cura, se controla. ISTOCK

El trastorno bipolar no se cura, se controla. ISTOCK

Después de un intento de suicidio, la mexicana Lizbeth Flores estuvo internada por varios días en terapia intensiva. Los médicos le advirtieron a su mamá que tal vez no se salvaría, pues el raticida que había consumido había afectado gran parte de sus órganos.

Le dijeron que, de salvar la vida, quedaría con secuelas.

Cuando Liz, quien prefirió no proporcionar su nombre verdadero, aún estaba en terapia intensiva, recibió la visita del psiquiatra.

Ahí recibió el diagnóstico: trastorno bipolar afectivo.

Liz relata a Efe que antes de su intento de suicidio pasaba por etapas prolongadas de tristeza.

“Tenía cambios drásticos de humor pero pensé que eran normales, hasta que llegué al hospital, a partir de eso he leído mucho, esta es una enfermedad muy compleja, las emociones son extremas y en mi caso era más depresiva y permisiva”, dice.

Recuerda que tenía días en los que le subía el ánimo; sin embargo, la mayor parte del tiempo estaba triste.

“Hasta que un día varios problemas me hicieron pensar que ya no tenía sentido la vida, pensé ‘voy a despertar mañana, ¿y qué más?”.

Incidencia

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen cerca de 60 millones de personas con trastorno bipolar.

El trastorno bipolar es “una alteración en el estado de ánimo, hay una oscilación en las emociones que puede ir de la manía a la depresión. Los pacientes está profundamente deprimidos o muy eufóricos”, explica la doctora Martha Patricia Ontiveros Uribe.

Es más recurrente en personas con antecedentes familiares de trastorno bipolar y solo puede controlarse con medicamentos.