Una historia de superación
Juan Carlos Angustia: Del friíto de Constanza al gigante Google
Juan Carlos Angustia, un dominicano que se desempeña como diseñador visual en el gigante de internet Google, es el vivo ejemplo de que solo hace falta dedicación y, como él mismo dice, “ganas de comerse el mundo” para alcanzar todo lo que te propones en la vida.
Nacido bajo el frío de Constanza, dentro del seno de una familia humilde, Angustia se enamoró de la tecnología desde temprana edad. Su primer contacto con una computadora se dio cuando era un adolescente de 14 años.
Años más tarde, gracias a sus experiencias en el área tecnológica llegó a formar parte del equipo técnico de la edición digital del periódico LISTÍN DIARIO.
Ingresó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) para estudiar Publicidad mención Diseño Gráfico, pero con el tiempo se dio cuenta de que esa no era la forma de alcanzar sus metas, prefiriendo, en su lugar, enfocar sus energías en mejorar por cuenta propia sus aptitudes en el diseño.
“Me di cuenta de que la universidad no me ofrecía profesionalmente lo que me apasionaba. Y me pregunté: ¿por qué ir a estudiar solo para obtener el título cuando ya siento que tengo un alto nivel en la carrera?”, explica.
Fue en ese instante que decidió trasladarse a los Estados Unidos con la esperanza de cumplir el mítico ‘sueño americano’ y ejercer allá la carrera de diseño. Pero el destino le tenía, en principio, otros planes.
Durante los siete meses de estadía que duró allí, pese a sus esfuerzos no consiguió trabajo. Finalmente un familiar lo convenció para que se mudara a Puerto Rico, donde pronto encontró empleo limpiando baños para una cadena de hoteles.
Sin embargo, jamás perdió su afán de superación y cuando su contrato de trabajo venció, inmediatamente se lanzó a intentarlo de nuevo.
Aplicó para un puesto en un estudio de diseño digital para el cual no sentía que reunía las condiciones necesarias.
“Fui muy honesto con el entrevistador y le dije que sabía algunas cosas y otras no, pero que aprendía rápido”, comenta, agregando que al poco tiempo lo llamaron para ofrecerle el empleo.
Los primeros meses en su nuevo puesto fueron difíciles para Angustia, ya que se sentía menospreciado por algunos líderes de la agencia. En esos momentos su mayor motor era recordar las palabras de aliento de sus familiares e implementar su filosofía de vida, que siempre ha estado basada en que cuando empiezas a creer en ti y tener confianza en lo que haces, aprendes a canalizar solo la energía positiva.
Fue gracias a esto y a su hambre de crecer que no tardó en ascender en la agencia. A tan solo un año y medio se convirtió en el director de arte de la cuenta publicitaria más grande de la empresa. Todos sus esfuerzos finalmente habían dado fruto.
Un nuevo rumbo Luego de años de experiencia en la agencia, esta le ofrece trasladarse a las oficinas centrales en Miami. Meses después de estar allí Angustia toma la difícil decisión de salir de su zona de confort e ir a Filadelfia para trabajar en la multinacional Comcast.
Durante ese proceso, un amigo lo recomendó en Google, pero infortunadamente no pasó la segunda prueba. Más allá de verlo como un motivo para desistir, consideró que en ese momento no estaba listo para esa oportunidad.
“Yo creo que cuando algo está para ti, se presentará cuando estés listo. En ese entonces no era lo correcto para mí”.
En septiembre del año pasado, tres años después de su primer intento en Google, esta se pone de nuevo en contacto con él, a lo que Angustia no dudó ni por un segundo en ir y rehacer el proceso de admisión.
Ya con más años de experiencia y madurez profesional, Juan Carlos cumple con todos los requisitos necesarios para formar parte de la familia Google.
Hoy día, el joven de 34 años tiene una semana y media trabajando para el gigante del internet en Seattle. Es parte del equipo que se encarga de diseñar la aplicación de videollamadas ‘Google Duo’. Define su experiencia hasta el momento como maravillosa, e incluso dice haber superado todas sus expectativas.
Comenta que en un futuro le gustaría impartir charlas para compartir sus conocimientos con los jóvenes de su comunidad interesados en la tecnología, con el fin de ayudarlos a que al igual que él logren sus sueños.