HASTA EL 28 DE ABRIL

Arte social en el Centro León

Las obras expuestas en el 27 Concurso de Arte Eduardo León Jiménes 2019 se pasean entre los formatos clásicos de las artes visuales (pintura, escultura, dibujo y fotografía) y esas otras manifestaciones del arte contemporáneo que persiguen, más que un fin estético, provocar todo tipo de sensaciones en quienes las contemplan.

Si las obras interactivas primaron en la versión 26, ahora le toca el turno a la observación, la meditación y el escrutinio social.

En las salas del Centro León, la pobreza es un políptico de la zona más vulnerable del Gran Santo Domingo, la migración es una catapulta que “te trae la fiesta”, la inseguridad ciudadana es una puerta blanca impenetrable custodiada por una cámara de vigilancia y la alerta sobre las enfermedades mentales son sillas de cemento, metal, porcelana y pan de oro.

Abierta al público hasta el 28 de abril, el recorrido muestra joyas clásicas intervenidas, un guiño histórico 'al tirano’, piezas que 'denuncian’ el culto al cuerpo y otras que cuestionan al mismo arte contemporáneo como una manifestación ¿exclusiva de las clases media y alta?

Wali Vidal, por ejemplo, presenta una exposición dentro de la exposición enfocada en las casas victorianas del centro histórico de Santiago. Con la participación de un artesano y escenógrafo, un maestro de la iluminación y una dibujante ajena al mundo de las artes visuales, la obra “es una remembranza visual, tangible del Santiago romántico del siglo XIX”, escribe Andrés Acevedo en el catálogo de la muestra dentro de la muestra.

El texto de sala del concurso resume en parte lo que el público verá: “(…) con independencia de su contexto de trabajo, los artistas abordan temas centrales como las políticas del cuerpo y análisis de los procesos de conformación o reconocimiento de identidades en transformación. Asumen, desde la propuesta artística, el territorio en su cualidad espacial y en su construcción conceptual; al tiempo que proponen estructuras que bordean lo absurdo en una búsqueda de posibles respuestas a las incoherencias sociales, políticas y económicas con las que existimos”.

Lo nostálgico como expresión del arte

Algunas de las obras apuestan a la nostalgia y logran conmover al espectador, como la premiada pieza de cine-ensayo “Esperábamos a que anocheciera”, de Wendy V. Muñiz y Guillermo Zouain, que rinde honor a un desaparecido cine al aire libre de un barrio de Santiago; o la obra de Karmadavis, chef y artista que, en video, fotografías y la narrativa escrita del poeta Frank Báez, presenta un performance que resume la experiencia de preparar atractivos platos gurmé a cinco inmigrantes haitianos.

¿Puede ser lo gastronómico un acto de insurgencia?, le preguntó la curadora Sara Hermann en un diálogo con los artistas premiados. “Sí, por supuesto”, respondió Kamardavis.

“El hecho de yo ir a cocinarle a braseros haitianos es un acto de insurgencia, sin caer en los aspectos éticos (…). Es un acto de insurgencia porque estoy tratando de legitimar personas que por su condición y por su situación no son legitimados en esta sociedad”. Arte para ver y pensar.

Muñiz y Zouain, Karmadavis, Baltasar Alí y Zerahias Polanco fueron los ganadores igualitarios del certamen que este año coincide con el 15 aniversario de la apertura del Centro León.

Ellxs, nosotrxs y todxs. Fotografía digital de Eliazar Ortiz. Yaniris López /LD

En primer plano: Cuerpos de la desaparición, de Soraya Abu Nabaa; y en segundo plano: la instalación I'm bringing the party to you, de Baltasar Alí. Yaniris López /LD

Ruth Aquino y su Cero punto cero cero cinco por ciento. Cemento, metal, porcelana y pan de oro. Yaniris López /LD

Wali Vidal presentó una exposición dentro de la exposición que incluye fotografías, madera y pintura. Yaniris López /LD

La isla dentro de la isla, de Karmadavis. Documentación de performance: video, imágenes digitales y texto impreso. Yaniris López /LD

Por la obra Remodelaciones, Laura Castro recibió el premio 15 Aniversario Centro León. Yaniris López /LD

Arriba: La sombra, de Patricia Castillo (Patatús); y abajo, Si el modernismo se implanta con la primacía de líneas rectas y limpias, que sucedería su por la naturaleza de estas, se transforman en líneas curvas y grasientas?, de Madeline Jiménez.

Bailes en la Septentrional, de Mildor Chevalier, el primer artista haitiano que participa en el Concurso.

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