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“Un espacio laboral saludable es aquel que tiene equidad de género”

Las estadísticas de representación de las mujeres en los puestos de poder siempre han sido desalentadoras, específicamente en la Administración Pública. En el país, sólo el 17.3% de las mujeres ocupa cargos ministeriales, siendo República Dominicana uno de los países que tiene la cifra más baja al respecto.

Pese a que el número es reducido, se ha demostrado que su participación es altamente rentable en las instituciones del Estado, porque en el momento de diseñar y aplicar políticas públicas, estas impactan favorablemente en la vida de las personas. Además, se ha comprobado que la inclusión en los espacios de toma de decisión favorece en las actitudes hacia ellas y su empoderamiento.

Alliet Ortega Rabassa, una servidora pública con alrededor de 20 años de experiencia, habla sobre cómo ha sido su transitar en la Administración Pública, a propósito de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer.

Se describe como una mujer apasionada, que trata de mantenerse siempre con un enfoque positivo de la vida, y en constante aprendizaje. Es auténtica, es de las que no pueden ocultar si están bien, o si están mal, enemiga de las injusticias, y amante del conocimiento, la lectura es una de sus grandes pasiones.

Es la primera de dos hijas del matrimonio de Juan Manuel Ortega (fallecido) y Olga Rabassa Saviñón. Está casada con Nelson Brens Castillo, con quien procreó dos hijos, Paola Mariel y Manuel Alejandro Brens Ortega.

Su pasión por la administración pública nace por curiosidad, y buscando una nueva alternativa laboral aplicó para un curso y concurso en la Oficina Nacional de Administración Pública (ONAP), actual Ministerio de Administración Pública (MAP).

“Desde el inicio me enamoré de poder ser parte del cambio en las instituciones públicas, brindar mis servicios para apoyar a otros, lo que marcó un antes y un después en mi vida profesional. Hasta la fecha he estado vinculada en el sector, ocupando varias posiciones, siempre afines a los temas del fortalecimiento institucional”.

Ortega, quien en la actualidad funge como vicerrectora de Gestión del Instituto Superior Docente Salomé Ureña, forma parte del primer grupo del Programa de Mujeres Líderes Emergentes del Sector Público de la Presidencia de la República, conjuntamente con el Banco Interamericano (BID).

Destaca: “Las mujeres compartimos una ambición universal que va más allá de nosotras. Tenemos en común el deseo de hacer una vida mejor para nuestros hijos, familias y para nosotras mismas”.

Dice que desde la Administración Pública, se tiene la oportunidad de crear productos y servicios que ayuden a perseguir sus deseos. “Porque el liderazgo femenino con un enfoque de equidad cambiará la forma de hacer políticas públicas. Todas las reglamentaciones carecen de este tipo de enfoque”, enfatiza.

El crecimiento en su carrera le ha hecho sentirse orgullosa por lo alcanzado, pero no ha sido fácil transitar en la Administración Pública. “Ocupar cargos de mandos muchas veces nos hace repensarnos como ser humano. Para llegar a donde estoy hoy, no ha sido fácil”, dice Ortega Rabassa satisfecha de lo logrado.

Explica que en el transcurso le ha tocado trabajar al mismo nivel o en la parte de dirigir hombres, lo cual nunca lo ha visto como limitante, porque en su estilo de gestión se concentra el respeto y las reglas claras, por lo que tener hombres bajo su mando, lo ve más como un equilibrio que como una dificultad. Desde su perspectiva, un espacio laboral saludable es aquél que tiene equidad de género.

“Aún no hemos alcanzado ese estado de igualdad, se tienen brechas salariales muy amplias, las mujeres somos minorías en puestos de alta dirección. Esto es una alerta, tomando en cuenta que el Estado dominicano está compuesto por un 68% de mujeres, aunque somos la mayor fuerza de trabajo; no obstante, en términos salariales no estamos bien representadas en el sector público”.

Entiende que se hace necesario que la mujer ocupe más puestos de decisión en la Administración Pública, a nivel no sólo de mandos medios, como se da en la actualidad, sino a nivel de Direcciones Generales y Ministerios, lo cual también implica una mayor participación en el aspecto político.

Trayectoria Alliet Ortega Rabassa es docente del Centro en Capacitación y Política Fiscal (Capgefi), desde 2010. Ha contribuido en el apoyo del fortalecimiento de las capacidades técnicas de más de 5,000 servidores públicos, en cursos de Introducción al Sistema Financiero, Fundamentos del Sistema de Compras, Fundamentos de Planificación e Inversión Pública, y Gestión de Proyectos. Actualmente coordina conjuntamente con el Departamento Académico, el Programa del Diplomado de Gestión de Proyectos de Inversión Pública, así como ser parte del cuerpo de docentes del mismo.

Ha ejercido posiciones gerenciales en diversas entidades, como la Dirección General de Contrataciones, el Ministerio de Hacienda, Ministerio de Industria y Comercio y el Ministerio de Administración Pública.

Coordinadora General del Primer Proceso de Autoevaluación del Sistema Nacional de Contrataciones de la República Dominicana, bajo Metodología OECD/DAC; colaboradora por varios años consecutivos del Proceso de Evaluación PEFA, ante el Ministerio de Hacienda; y coordinadora ante la IPAC del Eje Uno de Transparencia; participación en el proceso de elaboración del Informe de la Declaración de París, del 2012; y del Informe Attali, en lo relativo al Sistema de Compras Nacional, en coordinación con el viceministerio de Cooperación Internacional del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.

Es parte del equipo responsable de la elaboración, coordinación y enlace ante la Dirección de Inversión Pública del proceso de aprobación del código SNIP, para el Proyecto del Portal Transaccional del Sistema Nacional de Adquisiciones Públicas.

MUJER Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA "Todo el mundo, cuando llega al albergue, se _Mujer )) Conmemoración Según un estudio del BID sobre América Latina, las mujeres representan cerca del 50% de la población de la zona, y, sin embargo, sólo ocupan el 25% de los escaños legislativos y el 19% de las presidencias de los Comités Parlamentarios.

Cinco mujeres ocupan actualmente el más alto cargo elector. A pesar de ser el mayor número de la historia, todavía representan menos del 20% de los jefes de estado. En cuanto a puestos ministeriales, su presencia es ligeramente superior al 23%.

El ‘Health and the Political Agency of Women’ concluyó que un aumento del 10% en la participación de las mujeres en los cargos públicos puede resultar en la reducción de hasta 2,1 puntos porcentuales en la muertes neonatales.

Un artículo realizado por Rikhil R. Bhavnan, de la Universidad de Stanford, afirma que los mecanismos de participación política de las mujeres incrementan la aceptación de candidatas y de dirigentes políticos femeninos por parte de los votantes.

La participación política de mujeres electas reduce prejuicios y estereotipos negativos sobre su eficacia en puestos de liderazgo.

Inclusive, la exposición de mujeres líderes influye en las aspiraciones profesionales y el desempeño escolar de niñas y adolescentes, como lo muestra un informe titulado “Female Leadership Raises Aspirations and Educational Attainment for Girls”, publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

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