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INFANCIA

El reflujo también afecta a los bebés

Evolución. El problema desaparece a medida que el esfínter esofágico se desarrolla. Mientras el niño no baje de peso, no hay por qué preocuparse.

Evolución. El problema desaparece a medida que el esfínter esofágico se desarrolla. Mientras el niño no baje de peso, no hay por qué preocuparse.

Los primeros meses de vida de un bebé son de mucho cuidado por parte de los padres, ya que, en estos, el niño desarrolla su cuerpo y habilidades. Un mal que pueden padecer en esta etapa es el reflujo.

Científicamente conocido como reflujo gastroesofágico, se trata de la devolución del contenido gástrico al esófago, enviando fluidos de regreso y provocando el vómito al infante. Esto sucede cuando el músculo que debe impedir la salida del ácido del estómago no funciona adecuadamente.

El mexicano José Garza, gastroenterólogo pediátrico del Cincinnati Children’s Hospital, indica que se puede determinar que un niño tiene reflujo cuando este vomita los alimentos de manera constante y esa reacción, luego de un examen médico, no está asociada a problemas obstructivos ni alergia a la proteína de la leche.

“Todos los niños al nacer prácticamente tienen reflujo y mejoran con el tiempo.

En los primeros seis meses de vida es más frecuente”, explica Garza.

Cuidados

Esta situación puede generar estrés en los padres, especialmente en los primerizos, sin embargo, Garza asegura que es un mal que desaparece solo, a medida que el esfínter esofágico se desarrolla, y que mientras el niño no baje de peso, no hay de qué preocuparse, pero sí tenerlo en vigilancia.

Dentro de los cuidados a tomar en cuenta con un bebé que padece reflujo están el darle de comer despacio, con tranquilidad, y si llora, parar y tranquilizarlo antes de seguir. De igual forma, es recomendable mantenerlo en posición vertical mientras se le alimenta y en posición semi vertical al dormir para que la comida se mantenga en su sitio.

También ayuda que el niño ingiera menos cantidad y más a menudo, para que su estómago se acostumbre y no se llene con facilidad.

Además, recomienda no medicar. “La tendencia en pediatría actualmente es medicar lo menos posible y los fármacos contra el reflujo bloquean el ácido, pero muchos de estos episodios no son acídicos, por lo que no causan efectos beneficiosos a la mejoría”, apunta el especialista que tiene certificación en pediatría y gastroenterología pediátrica, hepatología y nutrición.

Es recomendable consultar a un especialista si el bebé, al tener reflujo, presenta alguno de estos otros síntomas:

• No aumenta de peso.

• Escupe líquidos verdes o amarillentos.

• Vomita sangre o una sustancia color café.

• Tiene sangre en las heces.

• Presenta dificultad para respirar o tos crónica.

• Se siente irritable después de comer.

Intercambio de conocimientos

José Garza será parte de los expositores de la tercera edición del congreso Pediatric Update by Cincinnati Children’s and Alumni, que se realizará en el país el 13 y 14 de marzo.

En la actividad participarán 1 2profesionales del hospital, para compartir conocimientos actuales con más de 400 pediatras de República Dominicana.

Se trata de una iniciativa del doctor dominicano Rafael Mena Canto y los ejecutivos de la fundación Aprendiendo a Vivir, presidida por José López.

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