Prevención cardiovascular en los ancianos

La edad es el principal determinante del riesgo cardiovascular, y la mayoría de las personas ya tienen un riesgo (muy) alto a los 65 años. La gestión del riesgo cardiovascular de las personas mayores, sobre todo los más ancianos, afirma que es un tema controvertido. Los defensores de los beneficios de las medicinas preventivas, siguen siendo eficaces a edades avanzadas en cuanto a posponer la morbilidad y la mortalidad. Se recomienda hablar con los pacientes sobre la calidad de vida y la vida potencial ganada.

En lo que respecta al tratamiento de los principales factores de riesgo, existen recomendaciones o consideraciones específicas para las personas de edad avanzada, cuando haya evidencia sobre el tema.

La mayor parte de la evidencia específica sobre personas de edad avanzada se refiere a la presión arterial. En general, se recomiendan unos objetivos terapéuticos menos estrictos para las personas mayores. También hay evidencias que apuntan a unos objetivos de control glicémico menos estrictos para las personas mayores con diabetes mellitus tipo 2.

Hay pocas áreas de prevención de la enfermedad cardiovascular que sean más controvertidos que el uso masivo de estatinas en los ancianos, no hay pruebas que indiquen una pérdida de eficacia en las estatinas de los pacientes mayores de 75 años.

En conjunto, las recomendaciones sobre el tratamiento hipolipemiante para los pacientes ancianos deben seguirse con precaución y sentido común, monitorizando estrechamente los efectos adversos y reconsiderando periódicamente el tratamiento.