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SALUD ALIMENTACIÓN

Urbanización, dietas y cambio climático ponen en riesgo la calidad de los alimentos

Unos 850 participantes de gobiernos, expertos y grupos sociales de más de cien países se dieron hoy cita en la capital etíope para analizar cómo reducir la contaminación en la comida dado su impacto en la salud.

El director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, señaló en la inauguración de la primera conferencia mundial sobre la inocuidad de los alimentos que esta es una condición “necesaria” para lograr seguridad alimentaria.

La rápida urbanización, los nuevos modelos de dieta y el cambio climático son algunos de los factores que ponen en riesgo la alimentación de calidad, aseguró el responsable.

Para el futuro, vaticinó que habrá que usar menos químicos en la agricultura, mejorar el etiquetado de los alimentos, evitar el mal uso de los antibióticos y armonizar estándares, ya que los problemas locales causados por parásitos y sustancias tóxicas en los alimentos pueden convertirse en emergencias, sobre todo en países pobres que dependen de importaciones de esos productos.

Además de la FAO, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Unión Africana organizan este encuentro, de dos días de duración, para llamar la atención sobre el impacto que tienen las enfermedades transmitidas por los alimentos.

Más de 600 millones de personas enferman y unas 420.000 mueren cada año por ingerir comida contaminada con bacterias, virus, parásitos, toxinas y químicos, al tiempo que en los países de ingresos bajos y medios la pérdida de productividad asociada a estos problemas cuesta unos 100.000 millones de dólares anuales.

“La alimentación debería ser fuente de nutrición y disfrute en lugar de enfermedad y muerte”, declaró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que recordó que los más afectados son los menores de cinco años en África y Asia.

Instó a financiar mejoras en la regulación, la capacitación y la capacidad de control de los países, y a aprovechar la oportunidad de modernizar los sistemas cuando surgen brotes de enfermedades, como ocurrió en Europa en la década de 1990 con el “mal de las vacas locas”.

El director general de la OMC, Roberto Azevêdo, subrayó que los consumidores deben poder confiar en el comercio global y animó a invertir en certificados digitales y nuevas tecnologías para agilizar el transporte de alimentos perecederos de países en desarrollo para que no se estropeen, ya sean judías verdes de Kenia o carne de Etiopía.