La Vida

Ofrecer ayuda sin mirar a quien

Laura Ortiz GüichardoSanto Domingo

Tener que enfrentar una enfermedad muchas veces representa toda una travesía llena de retos que pueden desanimar a quien la padece.

En el caso de Dorka Jerez, quien hace dos años fue diagnosticada con cáncer, en lugar de desalentarse optó por crear una institución para ayudar a personas que atraviesan momentos difíciles y no tienen el apoyo o los recursos para seguir adelante.

Pese a que su fundación, Princesa: Dios con nosotros, surgió después de su diagnóstico, Dorka siempre tuvo presente que no quería que su ayuda se limitara a personas con cáncer, sino más bien que fuera una luz tanto en la vida de niños como de adultos.

Charlas educativas, cursos talleres y operativos de donación de juguetes, como el que realizó por el día de Reyes en la comunidad de San Carlos, donde reside, son algunas de las actividades que lleva a cabo la entidad, la cual opera a través de las redes sociales.

Lo más importante de todo es que, según Dorka, lo que hace es de corazón y sin esperar nada a cambio. Muestra de ello es que los fondos de los medicamentos, jornadas médicas y talleres que imparte son subsidiados por ella misma en colaboración con familiares, amigos y doctores de su comunidad que también se han sumado a la causa.

Lo que más la llena de satisfacción al hacer obras benéficas, como las que constantemente hace en el hospital Robert Reid Cabral llevándoles juguetes a los niños, es ver la cara de felicidad con la que la reciben a pesar del difícil momento que están pasando.

Sobre su historia Cuando Dorka tenía 30 años fue diagnosticada con cáncer de tiroides. Para ella no fue tan sorpresivo, ya que sabía que tenía problemas de tiroides desde mucho tiempo atrás, sin embargo no le daba la debida atención e incluso continuó fumando.

Poco después de ser diagnosticada, la joven que hoy día tiene 32 años, cuenta que los doctores le manifestaron que si quería seguir viviendo debía someterse de inmediato a los procedimientos de lugar con radioterapia.

“Mi terapia fue muy fuerte. Tenía que estar encerrada en el hospital lejos de mis familiares, mis amigos y de todo el mundo, ya que las radiaciones podían hacerles daño”, dice.

Jerez comenta que ese tiempo de encierro la hizo meditar mucho, hasta que al final llegó a la conclusión de que quería crear una fundación, porque no podía morir sin antes hacer algo positivo que quedara para la historia.

Dentro de los proyectos que ansía desarrollar a corto plazo están charlas educativas, cursos de manualidades para todas las edades, salas de tarea para niños que tengan problemas de aprendizaje, cursos especializados para educar a familiares de personas con cáncer o cualquier tipo de enfermedad, así como charlas para prevenirlas.

Aunque sabe que su labor apenas comienza, Dorka espera que en pocos años su fundación sea un referente de ayuda para los más necesitados como lo fue para ella el Instituto de Oncología Doctor Heriberto Pieter, en su momento. ((La fundación Princesa: Dios con nosotros, es una iniciativa que surge con el propósito de ofrecer ayuda en general a niños, jóvenes y adultos.

Contacto directo con las personas Antes de que el cáncer llegara a su vida, Dorka era una estudiante de mercadeo de la Universidad Evangélica (Unev).

Sin embargo, hace dos años, cuando inició con su labor de ayudar, cuenta que decidió cambiar de carrera.

Actualmente la joven se encuentra cursando una licenciatura en psicología clínica en la misma universidad, con la intención de tener un contacto más directo con las personas que son tratadas por su fundación.

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