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MUJER Y SALUD

Hiperemesis gravídica

La mayoría de las mujeres experimenta algunos malestares, principalmente nauseas y vómitos, durante las primeras 12 semanas de embarazo, siendo casi siempre de poca intensidad. Si los vómitos fueran constantes y ocasionaran deshidratación y desbalance electrolítico, se considera como hiperémesis gravídica, que afecta a entre el 0.5 y el 2% de todas las embarazadas.

Se piensa que la causa se debe a la hormona gonadotropina coriónica humana, la cual se eleva durante el embarazo, y en algunas condiciones como los embarazos gemelares y los embarazos molares, en los cuales los niveles de esta hormona están más altos de lo usual. Este cuadro se ve con mayor frecuencia.

Los síntomas son náuseas y vómitos persistentes, pérdida de peso, signos de deshidratación (orina oscura, piel seca, debilidad, mareo, desmayos), no tolerar ingesta de ningún alimento, estreñimiento, entre otras.

Estas pacientes requieren hospitalización, análisis de laboratorio, sonografía para determinar la condición fetal e iniciar manejo inmediato.

Se requiere la rehidratación endovenosa, usando sueros vitaminados, ricos en tiamina o vitamina B1, y soluciones ricas en electrolitos, sobre todo sodio y potasio. Se administran protectores gástricos y antieméticos hasta lograr controlar los vómitos. Luego se inicia dieta con alimentos secos, como tostadas, galletas o papas y mucho líquido a tolerancia, y se egresa a la paciente cuando ya no haya vomitado en 24 horas.

Debe evitarse ingesta de alimentos condimentados, picantes o con mucha grasa, luces brillantes o parpadeantes, olores intensos como perfumes, andar en vehículo, ya que todo esto puede desencadenar los síntomas. En algunos casos esta condición puede llevar a ansiedad y depresión que persiste durante todo el embarazo. El haber presentado hiperémesis gravídica en un embarazo aumenta las posibilidades de que se repita en las siguientes gestaciones.

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