VIDA SANA
¿El enfoque dietético perfecto es un mito o una realidad?
En primer lugar, no existe un enfoque dietético perfecto. Se debe tener claro cuál es el propósito primario de “comer”. Con esto me refiero a comer menos o, más bien, deberíamos de comer para ser fuertes como especie y mantener nuestras “especificaciones” genéticas robustas en intactas condiciones para procrear descendientes fuertes y sanos. Los seres humanos podemos vivir casi perfectamente con cualquier alimento.
En segundo lugar, debemos de definir como alimento todo aquello que no es procesado y que llega a nuestro plato directo del campo, sin pasar por industrias, empacadoras, etcétera.
Cuando ingerimos cosas que contienen otras “cosas” agregadas (aunque esté la etiqueta “saludable”) le hacemos un daño enorme a nuestro cuerpo.
Hoy en día se ha vuelto tan confuso lo que debemos de comer por la manipulación de las fuentes de información que solo buscan enfermarnos y mantenernos abrumados con tanta teoría y con esto me refiero al gran “mercadeo nutricional” del siglo XXI.
Actualmente, el objetivo principal es vendernos la idea que “mientras más, mejor”, que nada hace daño y que solo necesitas un buen seguro médico para cuando te enfermes.
A continuación les expongo algunos componentes que te pondrán a pensar: - No necesitamos más de dos o tres comidas al día (asumiendo que sean verdaderos alimentos).
- Merendar no es saludable.
- Tomar mucha agua no es lo importante.
Lo que sí es importante es que el agua contenga minerales tal y como la encontraríamos en un manantial.
- La salud física y emocional en gran medida radica en la salud de los intestinos.
- Muchas veces estamos mejor sin hacer nada de ejercicios que haciendo exceso de estos.
- Nada, reitero, nada, sustituye el dormir con calidad.
- Ser feliz es lo más importante, de lo contrario, nada de lo mencionado valdría la pena.
¿Cuántas veces debo comer al día?
Un plan no se ajusta a todos. La teoría sobre frecuencia en pequeñas porciones para aumentar el metabolismo está mandada a guardar si lo que se busca es alcanzar un peso saludable y funcional, acompañado de una reducción del porcentaje de grasa y buena salud. En tanto, lo que determinará cuántas veces debes comer será tu cerebro que el metabolismo per se.
Ejemplo: Algunas personas cuando dejan de comer se sienten más despiertos, es decir, responden mejor a comidas menos frecuentes, bajas en azúcares y altas en grasas. Si por el contrario, sentir hambre te debilita, necesitas comidas más frecuentes, pequeñas, bajas en grasas y con aportes de carbohidratos.
Es importante recordar que el desayuno, o primera comida del día, es la más importante. Mientras sea más densa en calorías, reducirá la necesidad de incrementar el número de comidas en ese día.
Un desayuno debe aportar la energía, proteínas y ácidos grasos “saludables” para sostener cualquier función o desempeño que se tenga planificado.
La necesidad e importancia de ingerir suficientes proteínas en el desayuno radica en el hecho de que este ayuda a la formación de “elementos” para el sistema inmune, aminoácidos para la desintoxicación hepática y la formación de neurotransmisores y por último, pero no menos importante, la reparación del músculo.
“Comer menos y comer mejor podría ser el más simple e importante axioma en el arte de la dietética”… Dicho esto, dejar la complejidad de múltiples dietas que llevan a la confusión y luego a gastar dinero, tiempo y esfuerzo sin tener resultados es liberarse de la “basura mental” que nos hace creer que mientras más es mejor.
Si comes menos ya sea en cantidad o en frecuencia y alimentos que verdaderamente aporten calorías llenas de nutrientes, experimentarás cambios inmediatos.
Nada es tan curativo o dañino como lo que comes.
En tanto, come vegetales, verduras, carnes, aceites no procesados, frutas y víveres en moderación, estos definitivamente son la opción obligatoria para lograr un cambio.
Descanso. Como opción saludable, nada sustituye el dormir con calidad.
Componentes importantes en cada comida
Cuando se realiza una ingesta de comidas que aportan calorías, parte de estas se usarán para suministrar energía (carbohidratos y grasas) y otras para funciones diversas, como la de reparar y construir músculos (función de las proteínas), como hemos mencionado repetitivamente.
Las principales fuentes energéticas son los azúcares y las grasas pero las proteínas solo sirven para fomentar y reparar el músculo en presencia de las dos anteriores, destacando que de estas funciones la más importante es la del suministro de energía. Es importante tener clara la función tanto de los carbohidratos, proteínas y grasas (saludables) para poder llevar un esquema nutricional de alto rendimiento.
Finalmente, olvida cualquier plan, enfoque, tendencia, dieta preestablecida o preescrita. La solución es fácil. Recurre al sentido común y mírate en el espejo, si no te gusta lo que ves, estás en el camino erróneo. Es decir, si estás gordo, flaco, débil, demacrado, en letargo, etcétera, simplemente no vas por el camino correcto, deja de autojustificarte diciendo: “Yo como bien” y empieza a hacer “cosas diferentes” para lograr “algo diferente”.
“Yo no sé cómo voy a morir, pero sí sé cómo voy a vivir”.
JUAN CARLOS SIMÓ, COACH
Especialista en rehabilitación funcional, nutrición para transformación estética y prevención de enfermedades; entrenador de la fuerza y transformaciones de estilos de vida.
En la web: jcsimo.com
Instagram: @jc_simo