La Vida

LOMA MIRANDA

La Llovedora, agua que brota de las piedras

La cascada entrega sus aguas al río Jagüey y este las junta más adelante en las pozas del balneario Acapulco, en la comunidad El Algarrobo (sección Junumucú).

Un paseo por la zona baja de loma Miranda.

Yaniris Lópezyaniris.lopez@listindiario.com
Jima Abajo, La Vega

Es una ruta soñada para aquellos viajeros que no hacen alarde de una buena condición física, un sendero sombreado de apenas kilómetro y medio a lo largo del río Jagüey que termina frente a una pared asombrosamente negra de la que brota una lluvia permanente.

Dejando atrás el popular balneario Acapulco, solo hay que seguir el curso de agua hacia arriba, a los pies de loma Miranda, para ir internándose poco a poco en el corazón de la montaña. 

Hay que atravesar cuatro o cinco veces el río con su lecho cargado de piedras de todos los tamaños y corriente cristalina para ubicar los senderos, pero no importa buscar aquí y allí si el guía es el veterano excursionista Manuel Peralta Ureña. 

De camino a La LLovedora.©YANIRIS LÓPEZ/LD

El suelo, una tupida alfombra de hojas o un camino de tierra, amortigua los pasos y hace más agradable la caminata. Solo una pequeña subida antes del destino final y ahí está. 

LLUVIA QUE BROTA DE LAS PIEDRAS 

Luego de media hora de ejercicio ecológico, se escucha el rumor de una cascada y tras la maleza aparece La Llovedora. 

Un camino despejado al principio y luego bien sombreado lleva hasta la chorreadera.©YANIRIS LÓPEZ/LD

Le caben muchas definiciones, pero la más justa es que parece la falda de una cascada cuya agua se desparrama sin sentido por la terraza de piedras acompañada de la música característica de un suave y constante aguacero. 

A simple vista, parecería que la lluvia brota de las piedras. Los hilos de agua parecen surgir de todos lados, de cualquier grieta, de lo alto, de los lados, de entre los árboles. 

El charco es cristalino y de pocos desniveles, haciendo del balneario un lugar perfecto para disfrutar en familia. Y para olvidarse, entre muchas otras cosas, del cada vez más nocivo estrés citadino.

La Llovedora es un paraíso verde ideal para practicar ecoturismo.©YANIRIS LÓPEZ/LD

Las piedras negras contrastan con el verde de la maleza.©YANIRIS LÓPEZ/LD

El agua parece brotar de las piedras.©YANIRIS LÓPEZ/LD

La Llovedora, Loma Miranda©YANIRIS LÓPEZ/LD

Paisaje en La Llovedora, Loma Miranda.©YANIRIS LÓPEZ/LD