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ESPIRITISMO

Cassadaga, un pueblo que presume de estar conectado con el más allá

Una pequeña comunidad de la Florida rural conocida como la "capital psíquica del mundo", acoge desde hace 124 años a médiums, sanadores y espiritistas llegados de todas partes, que tienen aquí su lugar de trabajo.

Una de ellos es Margarita Varela, de origen puertorriqueño, que habló con Efe en el salón de eventos de la biblioteca de Cassadaga, de 122 años de antigüedad, y más tarde en su "oficina", donde además de la imprescindible bola de cristal hay imágenes de líderes religiosos, quemadores de incienso, velas y libros.

Nos llamamos espiritistas porque "investigamos la continuidad de la vida, porque desarrollamos las habilidades de poder conectarnos, de poder hablar, de poder percibir a través de nuestros sentidos esa comunicación con los espíritus", dice Varela, que viste de negro y se adorna con collar y pulseras de cuarzo y ónix.

Cassadaga, una pequeña comunidad situada cerca de la localidad de Lake Halen, en el condado Volusia (centro de Florida), no tendría nada de particular de no ser por su origen y por la cantidad de personas dedicadas a tareas "psíquicas" que la pueblan.

La comunidad nació del Campamento Espiritista fundado hace 124 años por George Colby, un joven psíquico de Nueva York.

La historia escrita por los mismos fundadores narra que a Colby se le encomendó la tarea de encontrar una lugar para establecer una comunidad espiritista en el sur de Estados Unidos y que en 1875 fue llevado a través del centro de Florida por "Séneca", su guía espiritual, hasta un región de colinas poco comunes.

En 1894 se fundó la Asociación de Reuniones de Campamentos Espiritistas del Sur de Cassadaga.

Hoy Cassadaga es un vecindario con hileras de calles en pendiente donde se erigen casas antiguas de madera, algunas remodeladas, pero que en su gran mayoría conservan sus porches originales, protegidos de los insectos por malla de alambre.

Lo que lo hace diferente es que en los jardines de las casas proliferan letreros con nombres de psíquicos, médiums y curanderos, con horario de citas y número telefónico, y hay otros colocados en las puertas de las casas que advierten de "lectura (de manos o de cartas) en progreso".

Por todas partes se ven figuras de duendes, budas, monjes budistas y ángeles, y la leyenda "Somos uno" escrita sobre bancos y otras superficies.

Algunas calles llevan nombres como "Mediumship Way" (algo como Camino de los Mediumnidad) y "Spiritualist" (Espiritista) y en el tronco de un árbol un artista talló la figura una niña, que, dicen en el pueblo, fue visitada por espíritus.

En esta época otoñal no hay turistas, pero los curiosos y creyentes del espiritismo no abandonan sus citas en Cassadaga, sea cual sea la estación del año.

Muchos de los clientes que consultan con Varela "no están en paz con la muerte de un ser querido, ya sea porque esta persona murió por una grave enfermedad o de una forma violenta y no tuvieron el momento de despedirse", explicó.

Varela, que vive en Orlando y acude a Cassadaga cada día, explica que el espiritismo que se practica en esta comunidad, regido por nueve principios, es "muy limpio porque no está cruzado con ninguna otra tradición".

"Afirmamos que la existencia y la identidad personal del individuo continúan después del cambio llamado muerte", dice uno de los principios. En otro se asegura que "los preceptos de profecía y sanación son atributos divinos probados a través de la mediumnidad".

"Cuando era niña yo tenía muchos sueños, esos sueños continuaron conmigo a través de toda mi vida, donde tenía la habilidad de ver personas que ya habían muerto", dice Varela para explicar por qué se dedica a conectar a la gente con los seres del más allá.

A juicio de esta mujer educada en el catolicismo, las distintas doctrinas religiosas tienen más en común de lo que se cree.

Cassadaga cuenta con su propio templo, el "Colby Memorial", donde existe un cuarto en el que no se pueden tomar imágenes. Es allí donde se efectúan las sesiones espiritistas.

De las paredes del templo cuelgan fotografías de George Colby, de la médium Eloise Page, que atendió por más de medio siglo a famosos, y del novelista británico Arthur Conan Doyle, el creador de "Sherlock Holmes", que estaba muy interesado en estos temas.

También hay retratos de familias en las que se aprecian supuestas figuras fantasmagóricas.