El ambiente espeso

Huelgas, guardias en la calle, lluvias cuantiosas, la carestía de la vida ahogándonos; la pesadez del ambiente parece que se puede cortar con un cuchillo, casi no podemos respirar. Emma por supuesto, está enterada de todo y participa activamente en los aprestos de la resistencia. Porque esto es realmente lo que está sucediendo, una resistencia pasiva, con asomos de actividad, esporádica, contra los abusos de la clase gobernante. Ya no se puede distraer a la gente con las limosnas en forma de ayudas ni con los espectáculos artísticos, la vieja máxima del imperio romano de “pan y juegos”, adolece de sentido cuando el pan está por las nubes y comer tres veces al día, se vuelve una aspiración utópica. Emma me dice que la frustración, se ha apoderado de la gente, amenazando con arropar el país y dar al traste con nuestras bulliciosas y alegres navidades. La brecha entre gobernantes y gobernados se hace más grande cada día que pasa y esto se respira en el aire. Las conversaciones de mi morena cocinera con su compadre el platanero, han ensombrecido aún más su ánimo, parece que en las cocinas de los poderosos, también se respira el aire enrarecido, preñado de incertidumbre. El cielo plomizo y los aguaceros sorpresivos, sumados al pesado ambiente, han empujado a Emma hacia su cuarto, en donde, esta nochecita, permanece refugiada, oyendo la radio con el volumen bajito...