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Sobre la dignidad

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María Antonietta RonzinoSanto Domingo

Oímos mucho sobre la dignidad y hemos querido saber más sobre lo mismo: es calidad de digno. Excelencia, realce y decoro de las personas en la manera de comportarse. Cargo honorífico y de autoridad. En las catedrales y colegiatas cualquiera de las prebendas propias de un oficio honorífico, persona que posee una de estas prebendas, la del arzobispo u obispo. Ciertos cargos en las órdenes militares. El digno es aquel que merece algo en sentido favorable o adverso proporcionado al mérito o condición de una persona o cosa. (Castel diccionario enciclopédico).

Digno: honrado, decente, decoroso, noble.

Dignidad: empleo, cargo, puesto, colocación, trabajo, nobleza, grandeza, realce. (Diccionario de sinónimos y antónimos de la lengua española).

En el libro ‘Hombre y Sociedad’, texto de educación social del profesor Lucio Casado, (F), leemos que dignidad significa excelencia y perfección. Exige de uno mismo y de los demás, respeto y valoración. Nos señala también el autor que, la dignidad de la persona humana no depende de su cultura, raza, religión o posición social. Es connatural al hombre, a todo hombre y a todos los hombres. Exige de sí mismo vivir conforme a esa dignidad; de la sociedad exige respeto y crear las condiciones para que todos puedan realizarse íntegramente como personas.

Y de dónde le viene al hombre esa dignidad? Por su origen, el hombre es la obra más maravillosa de Dios creador y podemos admitir el evolucionismo pero, es preciso afirmar una especial intervención de Dios en la formación de la primera pareja.

Casado nos dice además que por su naturaleza, el hombre es el milagro más grande del mundo. Dotado de inteligencia y voluntad libre, es el ser más perfecto de la creación. Dios lo creó a su imagen y semejanza. Pero...

“Los hombres de hoy no somos felices porque ya no creemos ser un milagro especial, una creación especial de Dios. Nos hemos convertido en ganados, en cifras, en tarjetas perforadas, en esclavos, en habitantes de Ghettos. Nos observamos en el espejo y ya no vemos las cualidades divinas que una vez fueron tan evidentes. Hemos perdido la fe en nosotros mismos”.

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