MALTRATO. PROBLEMÁTICA SOCIAL
Secuestro emocional
¿Por qué si la maltrataba no lo abandonó? ¿Qué hacía junto a ese hombre si él la golpeaba? ¿Acaso las mujeres son masoquistas? Cada vez que un caso de violencia machista termina en tragedia surgen preguntas como estas, que ponen de manifiesto la diferencia entre vivir una situación en carne propia y observarla desde fuera, y evidencian el desconocimiento que persiste en torno a este problema.
Aunque al resto le parezca que la mujer tiene la libertad de abandonar a su abusador cuando decida, para la víctima no resulta tan fácil. El maltratador suele someterla a un proceso gradual de control y aislamiento que ella misma, en ocasiones, no es capaz de reconocer.
Yanira Lara, directora ejecutiva del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (Pacam), explica cómo se da ese proceso.
Esas acciones, según Yanira Lara, directora ejecutiva del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (Pacam), afectan psicológicamente a la víctima provocándole un malestar emocional que se manifiesta con sentimientos de tristeza, culpa y baja autoestima, aislamiento y síntomas de ansiedad, depresión e ideación suicida.
“La mujer no se percata que son consecuencias del maltrato”, dice la directiva del Pacam (www.pacam.org.do).
La víctima podría atribuir su malestar emocional a causas distintas al maltrato y, como consecuencia de ello, no denunciarlo.
Pero existen otras razones que le impiden salir del círculo de la violencia y someter a su agresor a la justicia. Entre ellas se encuentran el miedo que impone el hombre a través de amenazas de muerte, de quitarle los hijos, de separse y dejarla sin ningún beneficio de los bienes adquiridos en la relación.
Además, algunas mujeres creen que nadie les creerá si cuentan lo que les sucede.
En otros casos, cuando los hijos no se percatan del maltrato, la mujer piensa que estos la acusarán de ser responsable de la separación.
Pero la mujer también es sometida por su maltratador a un proceso gradual de control y aislamiento. Este, según Lara, se inicia con una serie de comentarios y actitudes sutiles, en otros casos muy evidentes, con la intención de separarla de su red de apoyo social y familiar hasta debilitar los vínculos.
Las reacciones de ira, insultos y silencios prolongados crean una tensión muy fuerte en ella.
“Para evitar ser lastimada, insultada, ignorada y rechazada, deja de reunirse, llamar, visitar o salir con sus amistades y familiares”, explica la experta. “Se ha dado cuenta que hacerlo le traerá consecuencias negativas”.
El maltratador con sus actitudes y comentarios le deja bien claro que de hacerlo nuevamente le irá peor, y ella, sin darse cuenta del propósito, va gradualmente adaptándose a la adversividad y cree que si deja de hacerlo se evitará serios problemas.
Acciones y palabras “Tus amigas no te convienen”, “Esas mujeres son malas influencias”, “¿Qué es lo que tanto te llaman?”, “Tus amigas harán que nos separemos”. Comentarios como estos buscan separar a la víctima de sus amistades y familiares.
Cuando la mujer sale con sus amigas, el agresor la llama constantemente, le pregunta con quién está y se molesta. Puede, incluso, amenazar con presentarse en el lugar de la reunión para confirmar si la víctima le ha dicho la verdad.
En relación a las actitudes contra la familia, el victimario muestra los siguientes comportamientos: si la familia los visita, evita saludar; si lo hace, se retira inmediatemente. No hace esfuerzos para compartir, ignora la presencia de los padres, hermanos y primos. Podría acusar a su pareja de estar enamorada de uno de los miembros de la familia. Cuando la mujer visita a su familia le deja de hablar, la ignora cuando regresa. Le hacer creer que su familia no la quiere. Está pendiente de cualquier desaveniencia para usarla en su contra.
No obstante, Lara aclara que no todos los agresores se comportan de ese modo.
“El tipo narcisista hace todo lo contrario -expresa la directora del Pacam-: se muestra amable, atento y cariñoso con la familia. Hace creer a la familia que la del problema es ella, que él es un hombre muy bueno y un excelente padre. Es una forma de encubrirse y salir airoso. Si ella alguna vez lo denuncia o se separa, nadie comprende por qué no lo hizo y dudan de lo que dice. Incluso llegan a creer que ella exagera o miente”.
Recomendaciones ¿Conoces a una mujer víctima de violencia intrafamiliar? Esto es parte de lo que puedes hacer para ayudarla:
- Mantenerte cerca, visitarla e invitarla. Aunque ella se distancie, mantén el vínculo activo.
- Estar atento a su estado emocional. Hacerle consciente de que te das cuenta de que no la ves bien.
- Observa los comportamientos del maltratador y hazlos visibles.
- Oriéntala y estimúlala para que busque ayuda.
- Sé empático.
- Dile que puede contar con tu ayuda, apoyo y orientación.
- Evita hacerla sentir culpable de lo que le pasa.
- Deja bien claro que estarás dispuesto a ayudarla cuando lo solicite.
- No alejarte ni abandonarla.
- Mantén el contacto con los nietos o sobrinos.
MITOS COMUNES QUE NO AYUDAN Mitos y creencias distorsionadas sobre la violencia, el ideal del amor romántico, los estereotipos aprendidos que condicionan el rol de la mujer en la relación de pareja y no conocer cuáles son las características de los maltratadores y la finalidad de la violencia, impiden que la mujer identifique este tipo de relación y decida salir de ella. Algunos de los mitos y errores más extendidos incluyen los siguientes:
1. El matrimonio es para siempre 2. Hay que sacrificarse por la familia y los hijos 3. El amor todo lo puede 4. La violencia es una enfermedad 5. A la mujer le gusta que la golpeen y maltraten 6. El alcohol y las drogas son los causantes 7. Ella es quien lo provoca 8. Ella tiene problemas mentales 9. Algo hizo para que él la agrediera 10. Quien ama cela 11. Ella es maltratada porque tiene baja autoestima 12. Ella se queda por conveniencia económica