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FÁBULAS EN ALTA VOZ

Diversión no es sinónimo de burla

Hay que sonreírle a la vida. Suele decir la gente, y es cierto. ¿Pero cuál es la manera correcta de hacerlo? Tal vez no haya una respuesta absoluta que satisfaga la interrogante. Eso sí, de una cosa estoy segura: de que vivir la vida a plenitud y de que sacar lo mejor de cada situación no es sinónimo de acciones burlescas. El comentario busca fundamento en la modalidad que en los últimos tiempos está usando la gente para expresar la parte “divertida” de hechos tan aleccionadores como la puesta en escena de un video porno a plena luz del día. Por supuesto que había que hacer la denuncia, pero de ahí a jugar con la situación, de verdad, no le veo el chiste. Con tristeza observé entre los tantos ‘memes’, uno en que hasta dos menores de edad había. Claro, es una imagen al azar que tomaron y que nada tiene que ver con el video, imaginoÖ, pero el contenido es dañino y quizás más morboso que las propias imágenes que se vieron en la pantalla.

Un tanto desconcertada aproveché para conocer la definición que le tienen en la ciudad fabulosa a los términos diversión y relajo. Allí me fui. Me gustó ver que la gente común y corriente sabe perfectamente distinguir entre ambos conceptos. “Nos divertimos cuando hacemos algo que nos gusta, que nos hace sentir bien. Y nos burlamos cuando queremos ridiculizar a alguien o a algo”. Esa es la respuesta clara que todos tienen respecto a los dos aspectos, y por eso saben cuándo sí y cuándo no usarlos. Los utilizan, pero no haciendo alusión a temas delicados, que involucren el morbo, que hieran sentimientos ni nada que se parezca. ¿Qué si en la ciudad fabulosa se hacen memes? La respuesta es afirmativa. Están a la vanguardia de los nuevos tiempos. Pero eso sí, nada que atañe a la persona, que cree traumas, que deprima o que lacere la imagen del ser humano. Los temas serios como el sexual, se trata con delicadeza. Hay personas de por medio, y no importa quiénes sean o cómo sean se deben respetar. Esa delgada línea que existe entre la diversión y la burla hay que saberla cruzar para evitar efectos secundarios. No somos santos, pero podemos al menos intentar ser ciudadanos responsables y con sentido común. En definitiva, debemos aprender que diversión no es sinónimo de burla.

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