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Psicología inversa en los estudios

“La verdad que eres un niño muy aplicado. Estoy segura que hubo algún error en esas calificaciones, así que apuesto a que el mes que viene, traerás unas mejores notas”. Así suelen decir algunos padres a sus hijos asumiendo en secreto que el resultado es producto de la falta de compromiso por parte del estudiante.

Cuando se tiene la plena seguridad de que las notas bajan y suben según la entrega del estudiante, por ejemplo, es muy buena opción el uso de la psicología inversa. “Ahora bien, cuando vemos, que por más que queremos comprometer a ese niño o esa niña con su responsabilidad y las cosas siguen igual, o sea, no funcionan, es momento de buscar ayuda, ya que puede tratarse de algún trastorno en el aprendizaje”, así lo explica el psicólogo Ángel Luis Restrepo.

El especialista asegura que si los padres o los maestros saben bien utilizar este recurso de la psicología, pueden lograr grandes cosas, siempre y cuando no haya trastorno, sino falta de estímulo o disposición.

“Me explico. Cuando usted ve que su hijo tiene un altibajo en la escolaridad, puede apelar a este recurso que se define como la acción de sugerir hacer o no hacer lo contrario de lo que se quiere para los resultados buscados”, comenta el experto.

Sostiene que esta técnica, que consiste en la defensa de una conducta contraria a la deseada, no siempre dará los resultados buscados, ya que hay situaciones muy serias que no se resuelven con su uso.

“Deben tener cuidado con este tipo de métodos. El mal uso de esta técnica, también llamada por su creador, el psicólogo conductista Viktor Frankl, como ‘intervención paradójica’, puede crear un problema mayor”.

En la adolescencia El especialista de la conducta advierte que durante la etapa de la adolescencia hay que ser muy cautos en el uso de la psicología inversa. “Todos reconocemos que en esta fase de su vida, el muchacho o la muchacha son expertos en llevar la contraria, así que primero hay que conocer su personalidad, pues suelen advertir cuándo alguien quiere condicionarlos y eso puede molestarles y poner más lejos los resultados que buscamos”, comenta el psicólogo. Si elevamos muy alto al estudiante y los resultados no son los que luego él mismo espera, habrá frustración, o si se subestima y éste luego comprueba que puede dar más y lo logra, se podría estar entonces frente a una persona altanera o prepotente, explica Restrepo.

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