Bailarines silenciosos toman las calles en Edimburgo

Un paseo con auriculares al ritmo de Madonna, Cher o Britney Spears es la propuesta que ofrece, durante el Festival Fringe, la compañía Silent Adventures, que llena las calles de Edimburgo de bailarines silenciosos.

“Aquí puedes cambiar los canales, con esta rueda subes y bajas el volumen y así te ajustas los cascos a tu medida”, con estas sencillas instrucciones empieza “Silent Disco”, la particular discoteca al aire libre en la que sus asistentes llevan auriculares que sustituyen a los tradicionales altavoces.

De este modo, se elimina cualquier ruido externo y cada uno escucha en solitario la música que elige para dar rienda suelta a la expresividad mientras pasea por el centro de la ciudad.

“La idea nació a partir de la psicología en grupo y de cómo la gente trabaja en equipo, así que pensamos cómo hacerles sentir suficientemente seguros para cantar y bailar en la calle, ya que de otro modo no se comportarían así”, contó a Efe Mel Prentice, encargada de dirigir la experiencia.

Vestida para la ocasión con chaqueta de lentejuelas, mallas de colores y grandes gafas en forma de piña, Prentice se presenta como la “anfitriona de la fiesta”, así que se coloca liderando el grupo y a través de un micrófono, que solo escuchan los participantes en la misma, les anima y les va marcando los pasos de baile a seguir.

Si bien el concepto de “discoteca silenciosa” ya existe en clubes de varias ciudades británicas, el hecho de sacarlo a la calle es lo que ha hecho que mucha más gente lo conozca y se anime a probarlo.

Es el caso de un grupo de amigas que celebra el cumpleaños de una de ellas, de la pareja que, de turismo en Edimburgo, ha decidido probar esta experiencia y de la familia que, también de visita para asistir al Fringe, ha encontrado unas entradas de última hora a mitad de precio.

“En la discoteca silenciosa tienes varios canales y puedes escuchar cosas diferentes del que tienes al lado, pero aquí todos escuchamos la misma música.

Por eso es una experiencia compartida, aunque en vez de estar en un mismo sitio, vamos andando y saludando a la gente. ¡Es una experiencia fantástica!”, dijo Prentice.