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El estrés Posnatal en ellos

Una de las experiencias más emocionales es, sin dudas, la llegada de un nuevo miembro en una pareja que ha decidido o no formar un hogar. Pero para que por más preparación, videos, clases, charlas, libros y demás preparativos que se realicen para la llegada de un bebé, nunca se está bien preparado para la realidad que conlleva la crianza de una criatura.

“Las expectativas hacia la vida de pareja se asocian a placer, comodidad, compañía, disfrute, ahorro. La llegada de la criatura impacta sobre el dinero, el sueño, las relaciones sexuales y el disfrute fuera de la casa. Es un conflicto de atracción-atracción, ese deseo tener a mi hijo o hija, y el deseo de estar con mi esposa. Esto asociado a la llegada de la criatura y al sacrificio de elementos gratificantes para el hombre o mujer”, explica Mario Minaya.

Lo más natural del mundo es poder sentir situaciones de estrés antes y después del nacimiento de un hijo, esto sumado a los diferentes escenarios que pueden presentarse y de los que no se tienen control alguno, haciendo de lo que sería la más linda experiencia, en una no tan gratificante.Ese temor a lo desconocido provoca en nuestro organismo una serie de factores que podrían desencadenar en lo que conocemos como estrés. Estos síntomas aparecen de manera imperceptible, pero que al pasar del tiempo su desenlace puede tener serias repercusiones, de no tomarse las medidas de corrección a tiempo.

“El estrés posnatal en padres primerizos se debe, principalmente, a la inexperiencia, a una mezcla de sentimientos entre alegría, tristeza, ambivalencia, todo esto movido precisamente por las altas expectativas que se crean durante el embarazo”, asegura la doctora Heydi Camilo.

Algunas de las expresiones más comunes en estos inexpertos progenitores se encuentran: la dificultad para conciliar el sueño, las demandas de energía y concentración para el trabajo, la reducción del tiempo para hobbies, gimnasio y salidas, todo esto va generando trastornos a nivel físico (molestias estomacales), dolores musculares, cansancio, ansiedad, preocupación excesiva por el futuro.

Pero, ¿en qué manera se puede transmitir este estrés a la criatura? Un padre o madre con ansiedad se vincula de manera ansiosa con el niño y hace que el apego que se desarrolle sea un apego estresante; entonces, el bebé lo puede sentir porque esta persona, en vez de transmitirle paz, calma y sostenibilidad, le pasa su estrés. Hay que hacer énfasis en que el bebé reconoce al padre a través de la madre y que es la madre la que, durante el embarazo, abre la posibilidad de que este hombre se conecte con el bebé.

Minaya hace el señalamiento a que en esos primeros días los niños se comunican a través de los sentidos para satisfacer necesidades de alimentación, sueño, abrigo y seguridad. El apego es ese vínculo que les une para su bienestar y por ello es que “el padre estresado no está en condiciones de disfrutar su paternidad y puede crear distancias cuando los bebés desean ser acogidos”.

El terapeuta familiar considera, de manera muy positiva, el involucramiento del padre en la crianza de los recién nacidos; a diferencia de antes, hoy en día hay más acceso a información, mejor planificación de la cantidad de hijos y más conciencia del rol paterno en la salud psicoemocional de los hijos e hijas.

Muchos consideran que el feminismo ha tenido que ver en el involucramiento de los padres en la crianza de los hijos, creando conciencia de que el machismo le quita al hombre y a la mujer. Claro está, existen quienes refutan esta teoría, considerando que no es una lucha de hombres y mujeres, es simplemente hablar de derechos humanos, de privilegios del humano para el humano y del cuidado del humano hacia el humano.

Una realidad que sucede mucho en madres primerizas o no, es la depresión posparto, algo que ocurre por diversas razones en la mujer, pero que muchos se preguntan si es posible que el hombre pueda sufrir de depresión posnatal. La respuesta es sí, siempre y cuando esté vinculado emocionalmente al bebé, obviamente no con los mismos síntomas que la mujer, pero sí puede padecerlo.

Algo en lo que los profesionales de la conducta coinciden en la actualidad, es en confirmar que el hombre de hoy día ha ido derrumbando algunos estereotipos que, comparados con generaciones anteriores, podrían verse hasta en cierto modo ortodoxos. Acciones simples como abrazar, acurrucar, asear a los recién nacidos era considerada una labor femenina, y hoy en día los padres bien tratantes sienten orgullo por ser parte de esa etapa tan importante en la vida de sus hijos.

Debemos entender que la diferencia entre el padre y la madre es marcada, los roles están bien definidos y aunque en algunas sociedades se ha logrado avanzar más que en otras, siempre la madre tendrá más facilidades por el hecho de ser la que lleva la vida durante 9 meses, sufriendo cambios físicos durante y después del embarazo. Una de estas reivindicaciones es la licencia posnatal, las cuales varía dependiendo del país. En República Dominicana los padres reciben entre 3 y 5 días, los cuales no serían suficientes para hacer un reajuste, tomando en cuenta que una madre recién parida, demanda cuidados, acompañamiento y más si se ha presentado un parto complicado.

Las redes

Con el apogeo de las redes sociales, la gran mayoría quiere exhibirse como los padres, hijos y familia perfecta, provocando que las personas se enfoquen más en mostrar lo buen padre que pueden ser, y muchas veces no disfrutan la experiencia de vivir el momento.

Camilo considera que: “Muchas veces queremos mostrar la foto perfecta de Instagram, Twitter y Facebook (o en la red social que sea) y nos olvidamos de que hay elementos de protección, que hay elementos de intimidad y que además debe de existir una mayor preocupación por ser, que por aparentar, entonces tenemos que tener cuidado con ese tipo de cosas”.

Esto podría dar con la creencia de que las redes nos muestran como los padres perfectos, una versión de Superman o Mujer Maravilla, lo que hace creer en una crianza donde los hijos deben ser de igual modo de perfectos. Los expertos consideran que los progenitores deben entender que somos seres humanos, somos imperfectos, de que los hijos no vienen a cumplir las expectativas y sueños que ellos tienen, sino más bien vendrán a desarrollar y cumplir sus propias expectativas.

El tema de la parentalidad es ensayo y error, siempre tendremos que estar dispuestos a ver que estamos ambos en un proceso de aprendizaje donde el adulto está aprendiendo a ser papá y que él está aprendiendo a ser hijo, a conocer el mundo, yendo desde cosas tan simples como agarrar un vaso de agua, hasta jugar, brincar, equivocarse y hacer esas cosas que olvidamos que hacíamos cuando éramos niños.

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