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La tortuga sin aleta Benjamín vuelve al Mediterráneo
Benjamín es una tortuga boba (Caretta caretta) muy especial para Equinac, la entidad autorizada para el rescate de especies marinas protegidas en la provincia de Almería, un quelonio al que hubo que amputarle una aleta y que tras dos años de recuperación ha sido devuelto hoy al mar Mediterráneo.
Equinac ha contado para ello con el apoyo de la Guardia Civil, que ha dispuesto de miembros del Seprona, el Servicio Marítimo y del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) para que el reptil pudiese ser liberado en una cala próxima al Arrecife de las Sirenas, en el parque natural Cabo de Gata-Níjar.
"A Benjamín la encontraron unos pescadores en el puerto de Roquetas de Mar (Almería). Tenía la aleta totalmente estrangulada por un arte de pesca, un sedal, y Emilio, nuestro veterinario tuvo que amputársela. Hemos esperado dos años para que se ponga casi el triple de grande y pesada para que tenga más oportunidades", ha explicado a los medios la coordinadora de Equinac, Eva Morón.
Para llegar a este punto ha sido necesario mucho trabajo previo en el centro de recuperación de Equinac en el puerto de Almerimar, El Ejido (Almería), con curas, dos intervenciones quirúrgicas o, cambios constantes de agua de mar que han permitido a la tortuga sanar por completo y aprender a mantenerse estable con una aleta menos.
Horas y horas de dedicación por parte del medio centenar de voluntarios que de forma altruista colaboran con este colectivo que funciona las 24 horas del día los 365 días del año sin recibir contraprestación económica por ello.
Por este motivo ha sido vital en esta ocasión la ayuda del Ministerio de Medio Ambiente, que ha financiado los 2.000 euros de la compra de un transmisor desarrollado en Estados Unidos que Benjamín lleva acoplado a la espalda y cuyo seguimiento por satélite costeará a su vez la Universidad Politécnica de Valencia.
Morón ha indicado minutos después de que el animal haya vuelto a nadar en libertad que los datos recopilados con este instrumento permitirán conocer si una tortuga a la que le falta una aleta es capaz de sobrevivir en el medio natural.
"Se sabe que estos animales son capaces de sobrevivir en este medio -tras su recuperación- pero no teníamos la certeza en casos con el suyo. Con el satélite podremos seguirla, ver por dónde va, y cuánto tiempo sobrevive, por lo menos hasta que se le desprenda el transmisor en unos 900 días", ha dicho.
Morón ha estado acompañada en la patrullera Cabo de Gata, en la que ha sido trasladado el quelonio que entró en el agua esquivando las cámaras de los buzos de la Guardia Civil.
Con unos 15 años aproximadamente a sus espaldas y una esperanza de vida de hasta 90 años, aún le queda mucho Mediterráneo que surcar.