Sistema promete vencer enfermedades crónicas
¿Cómo se origina y expande el cáncer? La medicina oriental responde a esta pregunta con una teoría que apunta a tres factores cardinales: las células cancerosas proliferan en un organismo ácido, dulce y frío.
Para prevenir o revertir la multiplicación de células malignas habría, entonces, que combatir esos tres agentes.
“El cáncer sobrevive en un organismo ácido, frío y dulce -explica Elvis Samuel Méndez, doctor en medicina oriental-. ¿Qué hacemos nosotros en el tipo de medicina que yo hago? El frío, el ácido y lo dulce lo retiramos del organismo para que el cáncer no haga su casa”.
La reducción del consumo de azúcares y el optar por una dieta alcalina (que incluya más frutas y vegetales, menos alimentos fritos y obvie toxinas como el alcohol y el tabaco) serviría para contrarrestar dos de las condiciones favorables para el desarrollo de cáncer, pero ¿cómo luchar contra el enfriamiento? No solo evitando los alimentos fríos y el agua helada, tan apreciada entre los caribeños.
Méndez afirma que dentro del espectro de rayos solares existe uno denominado infrarrojo lejano (o far infrared, como se le conoce en inglés), tan beneficioso para el organismo que es capaz de promover la curación de diversos males, entre ellos los tumores.
Descubierta en la década de 1960, la radiación infrarroja lejana se comenzó a aplicar con fines terapéuticos luego de que los japoneses lograran desarrollar un sistema que la recreara.
Usos y aplicación
Méndez, quien tiene 24 años de experiencia en la medicina alternativa y cerca de 20 conociendo el sistema far infrared, afirma que el cáncer no sobrevive a temperaturas mínimas de 108 a 115 grados Fahrenheit (F).
“Pero no crea que este tratamiento mata las células cancerígenas - aclara un documento suministrado por el especialista-; en vez de eso, lo que sucede es que activa y rejuvenece las células saludables que se encuentran alrededor de las células no sanas; en otras palabras, el grado de calor de 108 a 115 F detiene el desarrollo de las células malinas”.
Previo a ser sometido a este tipo de terapia, al paciente se realiza un historial médico. Méndez realiza, además, una evaluación kinesiológica y un ajuste quiropráctico.
La frecuencia y cantidad de sesiones de calor infrarrojo lejano (que se aplica al cuerpo a través de lámparas, un colchón y paletas) varían dependiendo de cada caso.
Con este sistema, Méndez trata condiciones que van desde dolores musculares, de estómago, cabeza y coyunturas, hasta fatiga crónica, estreñimiento, reumatismo, diabetes, hepatitis, problemas renales, lupus, esclerosis múltiple y el tan temido cáncer.
A diferencia de la quimioterapia, que ataca las células malignas y las sanas y hace que el sistema inmunológico se deprima, el calor infrarrojo lejano fortalece las células sanas, estimula el sistema inmunológico y elimina toxinas.
“El porcentaje de los linfocitos sube y los glóbulos blancos comienzan a pelear, y el cáncer deja de multiplicarse, y comienza a reducirse naturalmente”.
El sistema de calor infrarrojo lejano no tiene efectos secundarios, pero el paciente experimenta una “crisis de curación”. ¿Qué significa esto? Que aparecerán síntomas como cansancio, ansiedad, diarrea, dolores musculares y síntomas parecidos a los de la gripe.
“El calor far infrared es la parte fundamental para atacar las células que se están dañando, pero tenemos que cambiar nuestro estilo de vida”, concluye Méndez.
SEIS PRINCIPIOS PARA PREVENIR Y CURAR
¿Quieres mantener un buen estado de salud? Elvis Samuel Méndez te da las siguientes seis pautas:
1. Revisa y cambia tu estilo de vida.
2. Deshazte del miedo y siempre piensa positivo.
3. Evita tratamientos que repriman el sistema inmunológico.
4. Estimula tu sistema nervioso parasimpático y reduce el estrés del nervio simpático balanceando el nervio autónomo central.
5. Lleva una dieta balanceada y haz ejercicio físico de forma regular.
6. Recuerda que la curación depende en gran medida de tu actitud mental.